Esta semana ha estado marcada por la tercera ola del verano, con valores que superarán con creces los 35 grados en algunos puntos de la geografía española. Las temperaturas extremas siguen siendo un factor a tener en cuenta en la salud de las personas, especialmente, cuando afectan tanto a nivel físico como mental.

Esta es una consecuencia el estrés térmico. Este estado de malestar en el cuerpo humano se produce por desajustes de la temperatura, causado, principalmente, por la acumulación o la pérdida excesiva de calor.

Los científicos estiman que hay que tener en cuenta que la temperatura no es lo mismo que el calor y que la diferencia se encuentra en cómo el cuerpo percibe la combinación entre una temperatura elevada y una humedad elevada. El aspecto clave es la humedad.

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El motivo del estrés térmico es la existencia de ambientes de trabajo desfavorables. Esto significa que el ambiente no es el ideal para los trabajadores en la realización de sus tareas derivando en consecuencias para el cuerpo humano, incapaz de equilibrar las pérdidas y ganancias de este efecto por la temperatura ambiental.

Este estrés térmico por el calor se produce cuando el ambiente es caluroso y se realizan actividades extremas que provocan un aumento de la temperatura. El problema de realizar actividades excesivas son los sistemas fisiológicos, que son incapaces de compensar la regulación de la temperatura provocando este estrés térmico que daría lugar a los temidos golpes de calor.

Por ello, es necesario realizar un seguimiento o una monitorización para garantizar que el estrés se encuentra en unos límites que no provocarías daños perjudiciales a la salud de los trabajadores.

¿Cuáles son las zonas bajo riesgo por las altas temperaturas?

Las olas de calor han batido récords en Europa, América del Norte y Asia en su comparación de las temperaturas máximas diarias. En España, los picos más altos fueron en junio y julio de 2019 cuando la población experimentó un aumento en los valores de los termómetros.

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Pero este registro progresivo de los valores térmicos no es puntual. Los cálculos de Lobelia Earth han descubierto las proyecciones del indicador UTCI (Índice Universal de Clima Térmico) que afectará, concretamente, a las 30 ciudades españolas más pobladas en los próximos días.

Esta temporada estival, las ciudades más afectadas son Zaragoza, Valladolid, Pamplona y Madrid. En estas urbes, el estrés térmico máximo será de más de 43 grados en julio dificultando la vida en la calle en las horas centrales del día.

Los resultados vaticinan los peores escenarios en el caos de que no se apliquen medidas para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero impulsadas por el calentamiento global. Las predicciones ya sitúan a las orillas del Guadalquivir, Sevilla y Córdoba como las más afectadas a final de siglo. En cambio, Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife no experimentarán un impacto tan grande al suavizarse por el mar y su clima.

¿Cómo prevenir el estrés térmico?

Los estragos del calor pueden causar consecuencias fatales en el cuerpo del ser humano. Es esencial tener en cuenta las principales medidas para prevenir el estrés térmico y evitar los temidos golpes de calor tras el aumento de las temperaturas que está convirtiendo a España en todo un ‘horno ibérico’.

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Las medidas más recomendadas para combatir este estado de malestar y proteger a los trabajadores en esta época de la temporada estival que intensifica los valores de los termómetros son las siguientes:

  • Beber mucha agua o líquidos.
  • Permanecer en lugares frescos. Si es posible, en lugares climatizados o en refugios climáticos.
  • Tomar pausas frecuentes para descansar.
  • Utilizar ropa ligera y amplia. También es recomendable portar colores claros para evitar que el calor se intensifique.
  • Utilizar calzado fresco y cómodo para su transpiración.
  • Para evitar la exposición al sol y la radiación de sus rayos, protegernos la zona superior y emplear cremas protectoras para las zonas de la piel en las que se encuentren descubiertas.
  • Vigilar el estado del resto de los compañeros.
  • Optar por comidas más ricas en líquidos como ensaladas y frutas.

Casos de extrema gravedad

Si aparecen los siguientes síntomas, es importante acudir a los servicios sanitarios.

  • Temperatura corporal elevada
  • Alteración del comportamiento o del estado mental
  • Dolores de cabeza, náuseas, vómitos o piel enrojecida
  • Frecuencia cardíaca elevada  

En caso de percibir un caso bajo estas características, las autoridades recomiendan parar la actividad física, reponer líquidos perdidos por la sudoración, aligerar la ropa para reducir la temperatura corporal y buscar atención sanitaria si existen síntomas de agotamiento por calor.