La ambición por cazar una simple bellota provocó que Scrat, la ardilla prehistórica de dientes de sable telonera de la saga Ice Age, sembrase el caos allí donde ponía sus patas. Una búsqueda irresponsable y egoísta por dar caza a su alimento favorito, provocó que la Tierra saltase de una era geológica a otra, con todo el descalabro que implica una acción semejante.

Bromas aparte, quién iba a pensar que el argumento de una icónica película de animación podría convertirse en realidad ¿verdad? Uno lo asume con la Ciencia-Ficción, género que tiende a profetizar sobre nuestro futuro con gran acierto, pero ¿con una película enfocada en que los niños entiendan que nuestras acciones provocan reacciones? Resulta tan cómico como el film, pero así es.

Bienvenidos al Antropoceno

A la altura del simpático pero irresponsable Scrat es a la que nos han puesto un grupo multidisciplinar de investigadores bautizados como GTA (Grupo de Trabajo del Antropoceno). Según explicaron en el último Congreso Internacional de Geología celebrado recientemente en Ciudad del Cabo (Sudáfrica), las actividades que ha llevado a cabo el ser humano en el último siglo han provocado que la Tierra entre de forma irreversible en el Antropoceno, una nueva era geológica.

Las actividades que ha llevado a cabo el ser humano en el último siglo han provocado que la Tierra entre de forma irreversible en el Antropoceno

Según explica la IUGS (Unión Internacional de Ciencias Geológicas), las eras o escalas temporales geológicas, son un marco de referencia que ayudan a representar los eventos de la historia de nuestro planeta y de la vida ordenados de forma cronológica. Se categorizan en una doble dimensión, la cronológica (tiempo) y la estratigráfica (rocas). El término fue acuñado por Paul Crutzen, químico atmosférico ganador del Nobel en 1995, que tras recopilar una gran cantidad de datos sobre los cambios que se habían producido a consecuencia de la intervención humana durante el período de la Gran Aceleración, afirmó que estaba seguro de que el sistema de la Tierra se había modificado.

Hoy en día, más de 20 investigadores de campos distintos afirman estar completamente de acuerdo con él. Creen que la actividad del hombre durante los últimos sesenta años ha dejado una "alfombra" sobre la tierra formada de fertilizantes, plástico, aluminio, hormigón, partículas procedentes de la combustión de combustibles fósiles e isótopos radiactivos. Durante más de diez años, han advertido que las cosas están cambiando a nivel geológico y que requiere una mayor atención por parte del mundo científico, la sociedad y la clase política en particular. Pero no ha sido hasta el último congreso donde realmente se les ha escuchado. Y no creáis que todos, ya que los políticos siguen haciéndose los locos al respecto y evitan legislar con contundencia sobre las emisiones de gases, la contaminación por plásticos, residuos industriales o la pérdida de biodiversidad por algo tan banal como que no saben mirar a más allá de lo que duran una o dos legislaturas. 

El equipo, dirigido por el paleogiólogo Jan Zalasiewicz, asegura que el Holoceno concluyó en el año 1950. Tras 11.700 años, los seres humanos hemos cubierto todos los estratos de aquel tiempo y los hemos sustituido por otros completamente nuevos, como las partículas radiactivas que ha dejado flotando por ahí la manipulación nuclear (incluyendo las bombas de Hiroshima y Nagasaki o las actividades del tirano Kim Jong-un).

Cómo ha contribuido el ser humano a este cambio irreversible

Según explica el equipo multidisciplinar en un artículo publicado en Science, "la actividad humana está dejando una huella dominante y persistente en la Tierra. Esto justifica un importante debate acerca del reconocimiento de estos eventos y sus consecuencias como una nueva unidad de tiempo geológico conocida como el Antropoceno".

Además de la actividad nuclear y las broncas que durante el último siglo tuvimos porque dos enemigos querían matarse desde una punta a otra del mundo, hay otros factores que han acelerado nuestra rápida entrada en esta era. Entre ellas la edificación de infraestructuras gigantes con distintos fines (petroleras, industriales...), la construcción de carreteras e incluso la instalación de raíles para dar paso al tren en los lugares más inhóspitos. 

A todo esto se suma el impacto de nuestra convivencia en sociedad así como la agricultura. Por ejemplo, el uso de algunos elementos que impactan fuertemente en nuestro medio ambiente han provocado estratos propios en las áreas urbanas formados a consecuencia de la fosilización de vidrios, plásticos, arcillas y metales. Además, las tasas de aumento del nivel del mar y el grado de perturbación humana del sistema climático, superan con creces los cambios registrados en la última etapa del Holoceno. Los autores del estudio también han identificado algunas evidencias de cambios bióticos que incluyen la deforestación, las invasiones de especies en todo el mundo y las tasas tan aceleradas de extinción.

Según Zalasiewicz, “la importancia del Antropoceno es que establece una trayectoria diferente para el sistema planetario, de la que los humanos somos parte, por supuesto. Si la IUGS acepta nuestra recomendación, el Antropoceno habrá comenzado un poco antes de mi nacimiento. Hemos vivido la mayor parte de nuestras vidas en algo que se llama el Antropoceno y sólo ahora somos conscientes del cambio que esto ha producido, tanto en lo referente a la magnitud como a la permanencia de estos cambios”.

¿Por qué todavía no se ha hecho nada al respecto?

El grupo multidisciplinar de investigadores presentó su teoría en el último congreso con el fin de ganar adeptos a su causa. El fin no es otro que convencer a la IUGS de que reconozca este cambio de era y actúe en consecuencia. Pero aún falta convencer a un gran número de expertos escépticos y encontrar pruebas válidas que no dejen lugar a dudas. 

El grupo piensa pedir oficialmente este cambio dentro de tres años, momento en el que habrán analizado con más profundidad las consecuencias de las acciones humanas en nuestra geología. De momento, van publicando sus conclusiones en artículos científicos y en publicaciones anuales. La última ha sido lanzada por la editorial científica Elsevier, que ha lanzado Antropoceno con la intención de borrar el escepticismo al respecto, ya que ni la IUGS ni el mundo científico creen que existan las suficientes pruebas como para dar por válida esta teoría. 

A los ojos de Whitney Autin, un experto especializado en estratigrafía, "el término Antropoceno está más acerca de la cultura pop que de la ciencia. La cuestión crucial es especificar exactamente cuando los seres humanos comenzaron a dejar su huella en el planeta: la era atómica, por ejemplo, ha dejado rastros de radiación en los suelos de todo el mundo, mientras que a mayor profundidad en los estratos de roca, la firma de la agricultura en Europa puede detectarse ya en el año 900. El Antropoceno es una expresión que llama la atención, pero desde lo geológico, necesita de hechos reales que se ajusten al código actual”.

¿Sabes ya por qué somos igual de gafes que la ardilla de Ace Age? Sí, somos algo torpes pero... vamos evolucionando (¿no?)