Los estudios y publicaciones sobre la represión contra las mujeres por los sublevados franquistas tras su victoria, no crearon mucha literatura al respecto. Desde hace unos años comenzaron a surgir y a aparecer investigaciones y libros en clave femenina. De los más de 300.000 presos represaliados tras acabar la contienda civil, entre 20.000 y 30.000 eran mujeres aunque hay quien aporta el número hasta concretarlo en 50.400. De las condenas a muerte, las sentenciadas a pena capital fueron aproximadamente el 4% del total. Pero la represión contra las mujeres en la posguerra y durante el franquismo, reúne otras circunstancias crueles y, además de ello, el olvido en muchos casos de las víctimas.

Por eso es importante cualquier publicación que aporte luz a este tema así como que recupere para la historia y para la memoria colectiva y democrática el drama sufrido por las mujeres represaliadas por el franquismo, por el hecho de ser esposa de, madres de, hija de, tener unas ideas o, en muchos caos, simplemente por su condición de ser mujeres.

Esto es lo que hace el historiador marbellí José Bernal Gutiérrez con un nuevo libro en torno a una figura desconocida a pesar de haber detentado un cargo tan destacado como el de concejala del Ayuntamiento de Málaga. Reivindicando (a) Esperanza (Ediciones Algorfa), título del libro que se presentará este próximo miércoles en la Sociedad Económica de Amigos del País de Málaga, aborda la trayectoria de Esperanza Puerta, concejala socialista en la II República en Málaga entre marzo de 1936 y febrero de 1937. Una persona con una trayectoria política y vital importante, pero que, incompresiblemente, es prácticamente desconocida hasta esta investigación de José Bernal. Algo, por cierto, el olvido de personajes femeninos represaliados, muy habitual en la historiografía española.

Como explica el libro el grueso de la investigación se sitúa en distintos momentos y formas de represión. Bernal narra con la precisión de un historiador, a pesar de las dificultades documentales, la detención de Esperanza, el consejo de guerra, su tránsito por la cárcel y la posterior libertad vigilada. En el desarrollo del libro, reseña otros temas colaterales como son las circunstancias de los falsos juicios sumarísimos, la tremenda realidad de precariedad e insalubridad de las cárceles de mujeres y otros aspectos de la represión femenina.

Concejala socialista de Málaga

Como ya hemos mencionado, Esperanza Puerta fue concejala del Partido Socialista en Málaga entre marzo de 1936 y febrero de 1937. A pesar de haber detentado esa responsabilidad importante mucho más bajo la excepcionalidad de ser mujer, su biografía vital y política, su labor de activista, su compromiso con la cultura y la educación como nueva concejala y su lucha comprometida por los ideales socialistas, han sido desconocidas sin encontrar apenas investigaciones sobre ella. Esperanza Puerta pasó su primer año de castigo carcelario en la Prisión Provincial de Málaga, con el tratamiento propio que el franquismo infligió a las mujeres recluidas por cuestiones ideológicas, como "maleantes" o "delincuentes comunes", jamás como lo que eran de "presas políticas".

Doble represión como mujer

Y es que como nos recuerda el autor, “La mujer roja sufrió la demonización por parte del franquismo siendo tildada de mujer degenerada”. Bernal trae a colación los estudios de Antonio Vallejo Nájera, con las presas de la cárcel de Málaga, durísimo penal que también sufrió Esperanza Puerta. Además de asumir los términos de la represión masculina, la mujer sufrió una represión subsidiaria, aún difícil de determinar, por el hecho de ser roja y ser mujer: rapado de pelo, la ingesta de aceite de ricino o las violaciones.

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Con este libro, Bernal intenta rescatar el personaje de Esperanza Puerta, centrado en su actividad política, con un recorrido que arranca con la influencia de su padre, el dirigente socialista Pedro Puerta, quien acompañó a Pablo Iglesias en las campañas propagandísticas por Andalucía a inicios del siglo XX. Pasando por su etapa de concejala en el ayuntamiento malagueño. Y concluyendo con la despiadada represión franquista que sufrió tras su detención, que la llevó a un consejo de guerra sin garantías y la pena de prisión en las cárceles de Málaga y Navarra en plena posguerra.

Nace en una familia de socialistas

Esperanza Puerta nace en Málaga el 1 de noviembre de 1897 en el seno de una familia eminentemente socialista. Su padre, Pedro Puerta, fue uno de los apóstoles del socialismo andaluz. Sus tíos y primos fueron clave en la implantación del PSOE en Vélez Málaga y la Axarquía. Su hermano un comprometido militante. Y su marido, Humberto Herrero, un significado socialista y sindicalista. Criarse en la familia Puerta era educarse dentro del Partido Socialista. Las vivencias de Pedro Puerta, amigo y compañero íntimo de Pablo Iglesias, alimentó sin lugar a dudas las convicciones socialistas de Esperanza.

Penalidades vitales

Esperanza Puerta contrajo matrimonio civil, a inicios de 1919, con Humberto Herrero. El matrimonio perdió una hija con tan solo dos años "víctima de una penosa enfermedad". Continuando con las convicciones del matrimonio la pequeña fue inscrita en el Registro Civil "prescindiendo de la iglesia católica". Un hijo más nacido en 1929, de nombre Humberto, completaba la familia. En una de las declaraciones que Esperanza Puerta hace ante el consejo de guerra que afrontaría declara que su hija se encuentra enferma. Un dato más de lo terrible que fue la represión franquista para Esperanza y su familia. Como hemos visto, Esperanza pierde a su padre en 1927 y en 1930 a su hermano mayor, Juan, quien fue un destacado dirigente socialista en Vélez Málaga. Le tocaría a ella recoger el legado familiar, aunque Esperanza nunca dejó de colaborar en las acciones del partido en aquellos años veinte. Ahora se abría una ilusión anhelada por los socialistas, la instauración de la II República y una democracia con visos de igualdad.

Golpe fascista

El 18 de julio se produce el golpe de Estado franquista. Tras los incidentes de esos días Málaga rechaza el levantamiento derechista en la capital y se mantiene leal al gobierno democrático de la República. Se inicia la Guerra Civil y las circunstancias de gobierno y actores cambian. La mujer no tuvo un papel relevante durante la contienda en Málaga. Su labor se centró mayoritariamente en la retaguardia, desde la adecuación de alojamientos para refugiados hasta la realización de ropa y vestidos para los combatientes.

Llegada a Málaga de los sublevados

El 8 de febrero de 1937, las tropas franquistas a las órdenes del Duque de Sevilla entran en Málaga. Allí estaba la ciudad desolada y de allí salieron decenas de miles de personas huyendo hacia levante por la carretera de Almería. En esa carretera se produciría una de las mayores masacres del siglo XX. Con la ocupación franquista de Málaga perdemos la huella de Esperanza Puerta. Su marido Humberto manifestó que marchó a Valencia donde residió hasta que al final de la guerra decide volver a Málaga. Sin embargo, no tenemos ninguna declaración de Esperanza en esta línea, aunque el Juez Instructor de la causa contra ellos, Pedro Gallardo, confirmó que ambos "huyeron con dirección a Valencia".

La detención

Esperanza Puerta y Humberto Herrero fueron detenidos en Málaga el 11 de mayo de 1939. El 11 de mayo de 1939, Esperanza Puerta y Humberto Herrero comparecen como detenidos en la Comisaría de Málaga a requerimiento de Pedro Boeta Luque, agente de investigación de la FET de las JONS.

La denuncia más grave, aunque el propio agente falangista sostuvo que inicialmente eran sospechas, fue que el domicilio de ambos se utilizaba como depósito de armas "por haber podido observar (…) que las visitas que recibían los denunciados si bien entraban sin armas de ninguna clase a los poco salían exhibiéndolas".

El Juicio

Tan solo unos días después de la detención de Esperanza y Humberto, comienza el consejo de guerra por el procedimiento sumarísimo de urgencia. Los juicios sumarísimos, calificados como inquisitoriales, se caracterizaban por la ausencia total de garantías. Los procesados se juzgaban a partir de informes facilitados por las autoridades locales, entre ellos los falangistas, como sucedió en el caso de Esperanza y Humberto.

La cárcel

Los treinta años de reclusión mayor, equivalente a la reclusión perpetua a los que fueron condenados, tendrían que ser cumplidos por Humberto Herrero y Esperanza Puerta en otra cárcel distante a Málaga. Humberto Herrero ingresó en la Prisión de Cáceres y el 22 de junio de 1941 en la del Puerto de Santa María. Esperanza es recluida en la Prisión Provincial de Pamplona, una cárcel que desde el inicio del golpe de Estado aumentó de forma masiva el número de encarcelamientos haciendo insostenible su día a día.

A mil kilómetros de su casa, con su marido en Cáceres y el estigma de ser una presa política. No contó con el apoyo de los familiares que podían haberle suministrado alimentos, agua, elementos de aseo o ropa. El martirio de Esperanza Puerta comenzaría en la reclusión de la Prisión de Málaga, aunque tuvo que vivir momentos de angustias cuando le comunican el traslado a Pamplona. La cotidianeidad en la prisión era repetitiva: "Todas se despertaban al sonido seco y persistente de una sirena, que a la media hora volvía a sonar de nuevo. Las reclusas debían formar y cantar el Cara al sol con el brazo en alto. Tras finalizar el canto, la funcionaria gritaba ¡España! y todas respondían ¡Una!, reiteraba y como un eco resonaba ¡Grande! Un último ¡España! era coronado por el grito unánime de ¡Libre!". La vida interna era terrible, prácticamente en condiciones infrahumanas.  

De la libertad condicional al indulto

El franquismo no soportaba el colapso de la administración judicial, un gran gasto económico para el Estado y una conflictividad creciente en los establecimientos penitenciarios. Por ello comenzó a conmutar penas y también las de Esperanza y Humberto.

El 2 de marzo de 1944 se firmaba la liberación condicional de Esperanza. Tenía 46 años. Había cumplido 5 años, 2 meses y 29 días de prisión y aún le quedaban casi 15 años de condena por cumplir. Fijaría su domicilio en Málaga.

Esperanza no solo fue vilmente condenada por tribunales fascistas recreados ex profeso para ello. A Esperanza también la condenaron al olvido quienes no la reivindicaron. Quizás por miedo, recelos, interés o desidia. La olvidaron por ser mujer. Una paradoja porque por ello debió haber permanecido en el recuerdo.

Este libro de José Bernal, reivindicamos a Esperanza y reivindica esperanza. Como dice su autor, “hace 80 años una sociedad cautiva se vio obligada a olvidar a Esperanza Puerta Caballero, hoy estamos necesitados de su memoria”.

Biografía del autor

Profesor de Enseñanza Secundaria con plaza en el I.E.S. Victoria Kent de Marbella. Es Licenciado en Filosofía y Letras, y doctor en Historia por la Universidad de Málaga. Graduado en Derecho por la Universidad Camilo José Cela, Máster en Abogacía por la Universidad de Málaga, Diplomado en Alta Dirección de Instituciones Sociales en el Instituto Internacional San Telmo y Postgrado en Gobierno de la ciudad por la Universitat Oberta de Catalunya. Como investigador ha publicado varias monografías, además de diversos artículos en revistas científicas y participado en obras colectivas. En el año 2008 obtuvo el V Premio Vázquez Clavel de Historia.

Presentación de libro Reivindicando (a) Esperanza

Sociedad Económica de Amigos del País (Plaza de la Constitución, 7). Málaga. Miércoles día 6 de marzo a las 18:30 horas.

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