La de cepillarse los dientes es una práctica tan rutinaria como la de ducharse. Sin embargo, es frecuente cometer errores al hacerlo y estos pueden acabar pasándonos factura. 

Son varias las equivocaciones que la población general suele tener, pero la más común es la de mojar el cepillo de dientes antes de empezar. Lo corrobora el odontólogo Iván Malagón, que alerta también de otros errores habituales, como no cepillarse durante al menos dos minutos. "Un estudio publicado en Journal of Dental Hygiene confirma que cepillarse 2 minutos elimina hasta un 26 % más de placa que un cepillado breve", asegura.

A estos fallos, se suman otros como usar demasiada pasta o una con flúor no adaptado, no limpiar la lengua y las encías y no cambiar el cepillo cada tres meses. 

Cepillado tres veces al día 

Del mismo modo, aunque buena parte de la población reduce el cepillado a dos veces al día, hacerlo tres, reduce significativamente el riesgo de caries, tal y como prueban algunas investigaciones desarrolladas en la población adolescente.

Asimismo, este especialista recuerda que el cepillado nocturno antes de irnos a la cama es clave, ya que la menor producción de saliva durante el sueño facilita la acción de las bacterias si no se limpia bien la boca.

Buenos hábitos desde la infancia

El cepillado de dientes es una práctica que ha de iniciarse en la más tierna infancia. Enseñarles cómo hacerlo es fundamental, pues eso contribuirá a su salud bucodental futura. “Un niño que cuida su boca ahora, tendrá menos problemas de adulto", asegura el doctor Malagón, que precisa que el verano puede ser un buen momento para crear este hábito sin estrés". 

Es importante prestar atención a la cantidad de flúor y ajustar el dentífrico a la edad. De 0 a 3 años, la pasta ha de tener 1000 ppm de flúor; de 3 a 6 años, entre 1000 y 1450 ppm; y a partir de esa edad, como un adulto, 1450 ppm. Del mismo modo, en menores de tres años, la cantidad ha de ser como un grano de arroz, y entre los 3 y los seis como un guisante, aproximadamente. El cepillado ha de hacerse con pequeños movimientos circulares por dentro y por fuera. 

Para hacer la práctica más atractiva, existen en el mercado cepillos con divertidas formas e, incluso, luces. Convertir la rutina en un juego a través de canciones o de calendarios de pegatinas también puede contribuir a que no la rechacen. 

Hasta los 6-8 años los niños no tienen habilidad motora suficiente para cepillarse bien solos, por lo que es importante mantener la supervisión hasta esa edad y revisar que no queden queden restos de comida o placa. 

Elogiar su esfuerzos y emplear sistemas de recompensa es otra manera de que los más pequeños de la casa vean el cepillado de dientes como algo positivo. 

Cepillado hasta para las mascotas 

El cepillado de dientes, asegura este profesional, es ineludible para toda la familia, incluidas las mascotas. Aunque son pocos los dueños que lo hacen, se deben cepillar los dientes de los perros. "El 80 % de los mayores de tres años sufre enfermedad periodontal", alerta Malagón, que indica, además, que "la acumulación de placa  puede derivar, no solo en pérdida de piezas dentales, sino también en infecciones graves e, incluso, en fallos cardíacos o renales".

Para mantener en buen estado la salud bucodental de nuestro perro hemos de cepillar sus dientes de forma diaria con productos especiales, no con pasta humana. Si el cepillo les molesta, podemos recurrir a los dedales dentales. También es importante, proporcionarles juguetes dentales que faciliten una limpieza natural y acudir a revisiones veterinarias de forma regular. 

“Cuidar la boca de tu mascota no es un capricho. Es prevención, amor y responsabilidad", insiste Malagón. 

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