El general Emilio Mola Vidal (Placetas, Cuba, 1887 – Burgos, 1937) fue uno de los arquitectos fundamentales del golpe militar que acabó destruyendo la Segunda República y encendiendo la Guerra Civil. Formado en la Academia de Infantería de Toledo y fogueado en la Guerra de Marruecos —escuela habitual de la futura cúpula militar sublevada—, se ganó fama de estratega eficaz y ascenso rápido: en 1924 ya era general.

Su carrera dio un giro decisivo en 1930, cuando fue nombrado director general de Seguridad. Desde ahí levantó una red de informadores y un sistema de control policial que le otorgó poder… y enemigos. Con la llegada de la República en 1931, pasó de ser pieza del Estado a ser visto como un vestigio incómodo del viejo orden. La represión de protestas estudiantiles en 1932 lo llevó a la expulsión del Ejército. Durante ese paréntesis escribió memorias y descargó sus críticas contra la República y contra el propio Ejército que la había servido.

La amnistía de 1934 le permitió volver a filas y, ya de vuelta en el tablero militar, Mola se lanzó a lo que se convertiría en su proyecto central: la conspiración contra la República. Desde Marruecos tendió puentes con Sanjurjo, Franco y otros mandos descontentos. A mediados de 1936 era ya el cerebro operativo del golpe, al que él mismo definió en sus instrucciones secretas como una acción que debía imponerse mediante una “violencia extrema”.

El 18 de julio de 1936, Mola activó la sublevación que estalló la Guerra Civil. Tras la muerte de Sanjurjo, asumió un papel clave en la coordinación militar del norte. En 1937 dirigió la campaña de Vizcaya, un frente crucial en el avance rebelde.

Su trayectoria se truncó el 3 de junio de 1937, cuando murió en un accidente aéreo en Burgos. Su desaparición dejó a Franco el camino libre para consolidar un liderazgo único en el bando sublevado.

Fermín Goñi revive a Mola, el cerebro del golpe, en ‘El Hombre de la Leica’

Setenta años después del estallido de la Guerra Civil, Fermín Goñi devuelve la voz al general Emilio Mola —arquitecto ideológico y coordinador del levantamiento fascista— en El Hombre de la Leica. La novela, reeditada ahora por Fondo de Cultura Económica tras su primera publicación en 2006, combina memoria ficticia y análisis histórico para explicar desde dentro cómo se fraguó el golpe de 1936 y qué llevó a su principal estratega a dar el salto hacia la violencia.

Desde la voz del propio Mola, Goñi guía al lector por la España crispada de 1936: un país tensado por choques políticos, sociales y económicos donde el militar navarro desgrana sus argumentos, miedos y obsesiones. El apodo que da título al libro —‘El Hombre de la Leica’— alude a su afición fotográfica, pero también a la mirada fría con la que justificó “restaurar el orden” a cualquier precio.

La obra reconstruye conspiraciones, reuniones discretas, alianzas oportunistas y rivalidades entre oficiales decididos a dirigir el rumbo del país. Afuera, una república convulsa; dentro, un Mola que oscila entre la ambición férrea y las dudas que terminaron por devorarlo. El relato avanza hasta los primeros días del alzamiento y el shock de una España partida en dos, narrado casi como una confesión tardía del general.

Más que una novela histórica convencional, El Hombre de la Leica funciona como un testimonio literario que ilumina las contradicciones de un personaje clave en la tragedia española del siglo XX.

Sobre el autor

Fermín Goñi (Pamplona, 1953) es periodista, politólogo y escritor. Ha trabajado en medios de Europa y Latinoamérica y es autor de varias novelas históricas caracterizadas por el rigor documental y un pulso narrativo firme, entre ellas Los sueños de un Libertador (2010) y Todo llevará su nombre (2014).

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