El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte inicia este martes el debate con las comunidades autónomas sobre las características de las pruebas finales de la ESO y Bachillerato. La cartera de Íñigo Méndez de Vigo ya ha remitido a las comunidades el borrador con el objetivo de hablar y alcanzar un consenso. Sin embargo, tal y como publica el diario El Mundo, las autonomías gobernadas por el PSOE ya han anunciado que no participarán en estas reuniones porque es una “irresponsabilidad” poner en marcha las reválidas a mitad del curso académico.

Se trata de las mismas polémicas reválidas que Rajoy dejó en suspenso, según anunció en su discurso de investidura, hasta que se firmara el pacto nacional por la educación. 

Una de las principales diferencias entre la actual Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) y la nueva reválida sería la duración: la PAU dura tres días, que pasarían a ser cuatro (cinco para las comunidades autónomas con lengua cooficial). En este sentido cabría preguntarse quién costeará el día adicional de exámenes.

 La otra gran diferencia es el contenido a examinar, ya que no solo se incluirá el temario de segundo de Bachillerato, sino también de primero. Las comunidades autónomas tendrían competencias en las preguntas y las fechas de las pruebas, pero los contenidos, el itinerario y los estándares serían fijados por la administración central.

Todas estas diferencias han provocado que la selectividad tal y como la conocemos se prorrogara un año más, por la dificultad estructural que entrañarían los cambios. En este camino se mueve el PSOE, que considera que estos cambios no deberían hacerse en mitad del curso académico.

Educación ya hay remitido el borrador con la propuesta a las comunidades para discutirlo en el encuentro de hoy con directores generales antes de elevarlo a los consejeros de Educación en la Conferencia Sectorial, que se celebrará próximamente. El 30 de noviembre expira el plazo para aprobar esta orden, que debe contar además con el dictamen del Consejo Escolar del Estado.