Contrariamente a la creencia popular, preparar un examen es mucho más que estudiar contenidos y relacionar conceptos. La participación de las familias en el proceso de estudio es, entre otros, uno de los componentes esenciales.

En este sentido los padres españoles son de los que más se implican en los estudios de sus hijos, según revela el Indicador de Participación de los Padres en la Enseñanza Obligatoria (IPPE) realizado el pasado año por un consorcio de universidades y organizaciones en el marco de un proyecto de investigación financiado por la Comisión Europea.

Muchos estudiantes de entre 17, 18 y 19 años requieren en este momento ese apoyo familiar, ya que se encuentran a punto de examinarse en la EBAU. Pero también otros factores les afectan de cara a realizar con éxito su prueba de acceso a la universidad.

La opinión de los expertos

Para James Petrie, Director de Bachillerato y Secundaria de The British School of Barcelona, “preparar un examen no es precisamente la idea que un joven tiene de divertirse, por lo que es importante que les ayudemos a enfocarlo de una manera meditada, tanto desde el colegio como desde casa, haciendo uso de las estrategias más adecuadas, y con una actitud positiva".

"Es esencial que el estudiante abrace este reto como una oportunidad para crecer. Y es fundamental que todos trabajemos conjuntamente y que entendamos que no existe una fórmula común que sirva para todos por igual", apunta el director.

Para ello, según Petrie, existe una serie de variables que afectan al estudio de forma interrelacionada: el apoyo familiar, el entorno de estudio, la organización y la gestión del tiempo, las estrategias de aprendizaje, y la gestión del estrés. Así, coger el control y diseñar un plan de trabajo eficaz y eficiente (y sobre todo personalizado), son las clave para afrontar el desafío con motivación y confianza. 

Tras consultar la opinión de varios expertos en educación y psicología, incluido James Petrie, este medio ha elaborado una lista de consejos que ayudan a los jóvenes a prepararse la EBAU de cara a obtener mejores resultados sin verse afectada su salud física y mental:

1. Involucrar a las familias en el proceso

Hacer exámenes “es un esfuerzo en equipo”. Las familias juegan un papel fundamental a la hora de dar soporte a sus hijos, ayudándolos en el estudio o facilitándoles un entorno emocional positivo que evite el conflicto. Además, los padres han de conocer los objetivos que se pretenden conseguir y cómo alcanzarlos.

2. Crear un entorno de estudio favorable

Los estímulos del entorno pueden incidir positiva o negativamente en el bienestar y la concentración del estudiante. Por eso se recomienda eliminar todo tipo de distracciones, incluso si ello supone tener que alterar el entorno de trabajo. Hay que evitar teléfonos móviles, aparatos de música, ordenadores... y tener a mano únicamente el material necesario para el estudio. 

3. Organizarse

Para empezar, se recomienda fijar un calendario de estudio realista que combine horarios de estudio y de repaso, y que incluya momentos dedicados al ocio o el descanso. Y sobre todo, es importante emplear el tiempo de forma inteligente.

4. Evitar la sobrecarga

No hay que caer en el error de pensar que mientras más horas se dediquen al estudio, más efectivo será este. Contemplar ratos de descanso, para comer, dormir o hacer deporte es fundamental para que el tiempo dedicado al estudio sea provechoso.

5. Autoevaluarse si una asignatura es más difícil 

Cuando un alumno se enfrenta al examen de una asignatura que le resulta más difícil que otras, es muy útil realizar una especie de autoevaluación realista. Identificando sus debilidades y fortalezas con respecto a dicha materia y dedicándole más tiempo y trabajo a aquello que más cuesta (sin descuidar lo demás). Lo principal es no ponerse en lo peor o darlo por perdido.

6. Poner en práctica estrategias de estudio que funcionen

Para que sean efectivos los métodos de estudio cada estudiante debe escoger el que se adapte mejor a sus necesidades: intercalar los temas a la hora de estudiar, interrelacionar ideas, hacer diagramas... El listado es infinito, pero solo tendrá sentido si al final del día se dedica un tiempo a reflexionar sobre lo que ha funcionado bien y sobre lo que se tiene que seguir trabajando.

7. Estar confiado, pero no confiarse

La confianza en exceso de cara a un examen puede llevar al estudiante a darse un "atracón de última hora" que puede resultar contraproducente, pues aumenta los nervios y la sensación de crisis, desajustando emocionalmente al alumno. Si se ha trabajado la asignatura durante el curso y se ha aprobado dicha materia, el resultado será similar al obtenido en Bachillerato, no hay que entrar en pánico en el último momento.

8. Mens sana in corpore sano

Para mantener una buena salud neuronal que permita rendir en los exámenes es esencial seguir ciertos hábitos saludables. Primero, es crucial dormir al menos ocho horas en el caso de los adolescentes. Sacrificar horas de sueño para estudiar un poco más perjudica más que beneficia.

También es recomendable hacer al menos 30 minutos de ejercicio al día y mantener una dieta equilibrada. Se debe evitar el abuso de alimentos procesados, azúcares y cenas pesadas, y es importante limitar el consumo de café y bebidas energéticas.

9. Ser resilientes 

Aunque los expertos coinciden en que el estrés no siempre debe entenderse como algo negativo, ya que en la dosis correcta puede mejorar la concentración, el enfoque y la adquisición de nuevas habilidades y conocimientos; también es cierto que cuando el estrés traspasa los niveles óptimos puede conllevar sentimientos de bloqueo emocional, inseguridad, preocupación excesiva o ansiedad. Dedicar tiempo a poner en práctica la resiliencia para proteger la estabilidad emocional de los jóvenes es de vital importancia en época de exámenes.

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