Los trabajadores de la Gran Residencia de Madrid, uno de los centros públicos más grandes de la región, se enfrentaron, como el resto, durante la primera ola del coronavirus a un enemigo común, el virus, sin los recursos más básicos, y fueron testigos, impotentes, de cómo morían decenas de ancianos cada día. Esos mismos trabajadores han recibido ahora una carta de la directora del centro, imputada por homicidio imprudente, en la que a todas luces les acusa de provocar un nuevo brote, en enero, ya controlado, a raíz del positivo de una técnico en Cuidados de Enfermería.

Esta trabajadora se sintió mal un fin de semana y acudió al hospital, donde le hicieron la prueba y dio positivo. Al día siguiente, llamó a la residencia para comunicarlo e informar de que en la víspera había estado compartiendo tiempo de merienda con algunos de sus compañeros, algo que es habitual en el centro.

Tres ancianos dieron positivo

Tras esto, la dirección realizó un test a estos empleados y a los residentes del módulo en el que ellos trabajan, y el resultado fue que tres mayores dieron positivo, el módulo fue puesto en cuarentena y las visitas de familiares fueron suspendidas.

El día 2 de febrero, la directora de este centro de la Comunidad de Madrid, Rosa María Mayor Gallego, envió a los trabajadores una carta que ha provocado indignación entre los profesionales, porque ven una intención acusatoria fuera de lugar, ya que siguen sin contar con suficiente material de protección, además de advertirles de “sanciones por faltas graves”.

En el texto, al que ha tenido acceso El Plural, la directora da a entender que los contagios han sido provocados por una mala conducta de los trabajadores y no por desgraciada casualidad.  En el escrito se recuerda que se ha “implantado normas de distanciamiento social y uso de EPIS al personal” y que será “falta grave la no utilización de los equipos de protección individual”. Los trabajadores comparten un área común en su horario de merienda.

En la carta a familiares acusa a los trabajadores

La directora advierte a los trabajadores de sanciones como la “suspensión de empleo y sueldo”, el “traslado forzoso sin derecho a indemnización”, además de quedar registrado en su expediente el “demérito con la imposibilidad de participación en procesos de promoción interna”.

Según ha podido saber El Plural de fuentes conocedoras de lo sucedido dentro de la residencia, la directora ha llegado, además, a amenazar verbalmente a una de las trabajadoras.

No satisfecha con su escrito, la directora envió otra carta, al día siguiente, a los familiares de los residentes, en la que “responsabiliza”  abiertamente a la “conducta de algunos trabajadores” del nuevo brote de enero.

“Lamentablemente nos hemos visto obligados a adoptar medidas disciplinarias para reconducir las conductas de algunos trabajadores que han propiciado este último brote, que perjudican al centro”, dice la directora en su misiva dirigida a los familiares, en la que se informa que este lunes se reabren las puertas del centro a las visitas.

Poner el foco en las verdaderas causas

Desde Marea Residencias, el movimiento que aglutina a familiares y trabajadores de residencias, han expresado su “repulsa por la lamentable actuación de la dirección en la Gran Residencia. En lugar de trabajar en pro de los trabajadores y residentes, se dedica a calumniar a las profesionales”.

“Las trabajadoras han demostrado una calidad profesional y humana por encima de toda duda. Sería muy conveniente poner el foco en las verdaderamente causas de los contagios, analizando y corrigiendo los errores en la gestión”, afirma en un comunicado Marea Residencias, que denuncia que no se da suficientes medios de protección a estos profesionales, que cuentan para su trabajo sólo con "seis mascarillas quirúrgicas y una de tipo FFP2 para toda la semana".

Bolsas con ropa de fallecidos y residuos contaminados

Desde el sindicato MATS, se ha pedido buscar las causas de los contagios en la mala gestión y recuerdan que en este centro hay “residuos que han estado abandonados en un espacio sin ventilación” y ropa de fallecidos amontonadas en bolsas en un baño de un módulo de ancianos durante meses, como denunció El Plural. Una situación que ha sido ya solventada tras la publicación de nuestra noticia, según ha podido saber este periódico.

En mayo pasado, los trabajadores denunciaron que se exponía al contagio del Covid a los ancianos al no cuidar las medidas de higiene en las comidas, que, por otra parte, se servían frías en las habitaciones de los mayores, al carecer de bandejas térmicas.

El sindicato menciona además que no han hecho test rápidos, como ocurre en otras residencias y que se suministra a los trabajadores sólo una mascarilla al día.

La directora declara ante la Justicia el 26 de febrero

MATS acusa a la directora de “intentar escurrir el bulto y evitar nuevas implicaciones en juicios como los que tiene pendientes por dejación de funciones durante la primera ola”, tras las denuncias de familiares y de los propios trabajadores.

La directora de esta residencia tendrá que declarar como imputada el próximo 26 de febrero, acusada de homicidio imprudente por los familiares de una residente que no fue trasladada a un hospital y murió en la residencia de coronavirus.