Lo oímos cada año. Copa titulares y portadas de revista. Es tiempo de ‘Operación Bikini’. Toca ir quitándose ropa, y, al mismo tiempo que vamos prescindiendo de prendas de abrigo, se va retroalimentando la necesidad de lucir ‘un cuerpo de cine’.

Frente a la frivolidad con que la que, en muchas ocasiones, abordamos el tema de la pérdida de peso relacionada con la llegada del verano, el Programa de Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) de la Unidad de Personalidad y Comportamiento del complejo hospitalario Ruber Juan Bravo, hace una llamada de atención sobre el peligro que esconde.

Detrás de las dietas milagro y los trucos para verse bien hay una oscura realidad que pocas veces es noticia y que constituye el día a día de muchos profesionales.  Lo sabe bien la doctora Marina Díaz Marsá, asesora científica del citado programa. A día de hoy, tiene dos pacientes ingresadas fruto de las dietas milagro. En sólo 7 meses han caído en este abismo, “porque se les va de las manos”, subraya esta especialista. De ahí, que sea vital, que “quien quiera perder peso, lo haga de manos de un médico”.  

“La bibliografía científica demuestra que las mujeres que realizan dietas severas tienen dieciocho veces más probabilidades de desarrollar un trastorno alimentario y las que optan por dietas moderadas cinco”, insiste.

Aunque hay casos de hombres que padecen este tipo de trastornos, la mayor parte de los afectados son mujeres, “además de por la mayor presión social que soportan, por sus propios mecanismos biológicos”.

La anorexia, como la bulimia, “es un trastorno mental” y como tal hay que tratarlo. “Es fundamental acudir al psiquiatra”, explica la doctora Díaz, ya que “a veces cuando se llega a él es demasiado tarde”. Ponerse a tratamiento cuanto antes es imprescindible.

Del mismo modo, hay que tomar conciencia de la gravedad de la enfermedad, porque “no es sólo que puedes morirte, sino cómo te mueres”.

El problema de estos pacientes, aclara esta médico, que prepara una jornada bajo el título “Quiero ser” para el próximo 1 de julio, es que no tienen nada que les conecte con la vida. Por ello es fundamental ofrecerles herramientas, para intentar que se enganchen a algo. No tienen sentido de la vida, no hacen nada”.

En la actualidad, ya hay estudios que prueban, además, que “la desnutrición prolongada tiene efectos sobre el cerebro y afecta a su funcionamiento”.

Modelos inalcanzables

Hay personas con mayor predisposición a sufrir este tipo de patologías. No obstante, parte del problema deriva de dos factores. Por un lado, la proclamación de dietas “sin impunidad”, regímenes peligrosos, que, sin embargo, se anuncian bajo otro adjetivo, el de milagrosos. Ahí encontramos la dieta de la alcachofa, el pomelo, la piña, ...

Por otro lado, están los modelos que se nos presentan, que “nada tienen que ver con el tipo mediterráneo de mujer española”. Cuerpo perfectos e inalcanzables, que muchas veces ni siquiera son la versión real de quien se ha puesto frente al objetivo de la cámara. 

Los adolescentes, lo más vulnerables

En este sentido, los adolescentes son los más vulnerables, porque “tienen menos autoestima y menor capacidad para gestionar toda la presión social”.

Los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA), indica esta profesional del hospital Ruber Juan Bravo, siguen siendo uno de los "principales problemas de salud mental entre la población adolescente juvenil más subestimados" y constituyen un auténtico problema de salud pública que acarrea, además, el "riesgo de sufrir otro tipo de trastornos de salud mental y enfermedades físicas".

La doctora Díaz aconseja a los padres que estén alerta si perciben inquietud en sus hijas por su figura, máxime si empiezan hablar de amigas que han adelgazado, se enojan porque creen que tienen celulitis o piernas gruesas, solicitan de forma urgente cambios en la dieta en el hogar o instan a que se pague un gimnasio”.

Muchas jóvenes se meten en el peligroso juego de competir para ver quién luce mejor ‘tipo’, quién está más delgada o quien adelgaza más, y si bien el número de casos no ha variado en exceso, lo que si se ha notado es que cada vez son más graves y se presentan antes. “Hay afectadas de 10 y 11 años”.

¿Por qué te obsesiona?

Del mismo modo, hay que analizar el por qué se llega ahí. “Muchos de estos trastornos están tapando otros problemas”, afirma la doctora Díaz. “Hay que preguntarse por qué te obsesiona eso. Nos hemos encontrado que, detrás de casos de anorexia, hay abusos, conflictos familiares, … La comida es una manera de disfrazar situaciones que les angustia”. Y concluye “cuando la comida comienza a ocupar una parte importante de tu cabeza, algo no está bien”.