Muchos aficionados al los cómics se debaten entre Marvel, la editorial responsable de Spider-Man, los Vengadores, los Guardianes de la Galaxia o Jessica Jones, y DC, en cuyas páginas aparecen Superman, Batman, Wonder Woman o Flash. DC -las siglas de la editorial Detective Comics- posee la mitad más clásica del panteón superheróico: Superman es tan antiguo que los abogados de Warner y DC pelean con uñas y dientes para que sus derechos de autor no caduquen y pase al dominio público. Pero DC, que dominaba el mercado durante el inicio de los cómics en los años 30, 40 y 50 del siglo pasado, vio cómo la antigua editorial Timely se transformaba en Marvel Comics. Y mientras que Batman o Flecha Verde eran millonarios que vivían en cuidades ficticias (Gotham, Star City), Marvel se llenaba de superhéroes a los que sus poderes no les sacaban de la pobreza (Spider-Man, Luke Cage) y que vivían en ciudades reales, enfrentados también a los problemas del mundo real, no sólo a los supervillanos. Y Marvel, con Lee al frente, desafió abiertamente a la censura, mientras que DC fue mucho más conservadora. 

DC rindió homenaje ayer en Twitter al que fuera su gran competidor y que, una vez fuera de Marvel, colaboró con DC en alguna serie limitada, contagiando el entusiasmo que no le abandonó nio en sus últimas horas. 

"Cambió la manera en la cual vemos a los héroes y los cómics modernos llevarán siempre su marca indeleble. Su contagioso entusiasmo nos recordó por qué nos enamoramos de estas historias la primera vez. Excelsior, Stan". 

Ahora DC, propiedad de la productora Warner, sigue compitiendo con las creaciones de Lee, que arrasan en las taquillas mientras que ellos han estrellado a Superman en las pantallas