Se ha convertido en su actor fetiche, y ahora, George Clooney recupera en Suburbicon, reescribiendo el guion (con la colaboración de Grant Heslov, un habitual en el cine de este actor y director) y dirigiendo la película, una historia que los hermanos Coen escribieron en los ochenta, cuando tenían entre manos Arizona Baby, con la que esta nueva cinta tiene bastante relación. No es de extrañar, la temática es de las que interesan a Clooney. El punto de vista de la narración es el de un niño. La acción nos traslada a la década de los cincuenta en Estados Unidos, a la zona residencial que da nombre a la película, aparentemente idílica, de anuncio. Allí se instala por primera vez una familia negra. Y esto tiene consecuencias entre los vecinos, que no la recibe, precisamente, con los brazos abiertos. Además, en casa de los Lodge, donde el padre de familia es Gardner, interpretado por un extraordinario Matt Damon, reciben a un par de delincuentes. Y nada será lo que parece.

Batacazo de taquilla para una película irregular

El tono cartoon, el humor negro y el esperpento de los primeros Coen vuelve en esta película irregular, y que se ha pegado un buen batacazo de taquilla en su estreno en Estados Unidos, aunque tiene momentos e ideas brillantes. Por ejemplo, su combinado de drama y comedia, su recurrente estructura de farsa y la reconstrucción visual de la época, la de la Guerra Fría o el inicio de la reivindicación de los derechos civiles, manejando la simbología de una estética colorista y divertida bajo la que subyacían problemas sociales y raciales. Malas intenciones.