Sí, es verdad, tal vez debería cerrar el año a beneficio de inventario haciendo una filípica sobre el tema catalán, sobre el horror del mundo, o la millonésima necedad del bombero pirómano Donald Trump. Prometo encarar de nuevo tan agotadores asuntos con el nuevo año, que seguirá arrastrando viejas rémoras. Sin embargo, porque mi sello y mi trinchera es la de la cultura, lo voy a hacer recordando los 40 años de la concesión del Nobel al poeta Vicente Aleixandre. Ya toqué este tema hace muchas semanas y, si bien es importante rememorar estas efemérides, no andamos tan sobrados de Premios Nobel, lo es más la recuperación de la obra de estos autores, tan importante o más que sus logros. En el veloz mundo cuasi virtual en el que habitamos, también en las librerías, incluso en la labor de las editoriales, se ha ido perdiendo lo que siempre se conoció como “libro de fondo”. Esos títulos referenciales e imprescindibles que en cada tradición lingüística y literaria han conformado el canon de las nuevas generaciones. Casi al límite de la efeméride de Aleixandre, llega a las librerías la edición crítica y revisada de “Las Obras Completas” del Nobel Vicente Aleixandre a cargo del escritor Alejandro Sanz y publicado por Lumen.

Aseguraba el poeta Vicente Aleixandre, justo después de recibir el codiciado premio Nobel de Literatura en 1977 que “la verdadera gloria del poeta es que, después de muerto, todavía su voz resuene en algunos pocos corazones afines; que después de muerto no sea un libro cerrado, sino que palpite, se oiga y se repita”. No parece sin embargo que, entre los nombres que más fuertemente se citen como decisivos en el ahora poético, resuene o al menos recuerden el del poeta que marcase casi cuatro décadas con su atención y magisterio sobre las sucesivas generaciones de jóvenes, desde los Niños de la guerra a la Generación del lenguaje, pasando por los Novísimos y Venecianos. Quizá porque, a la sombra del paraíso de su poética, y después de haber tutelado muchas de las tendencias y nombres fundamentales desde su ahora vacía casa de Velintonia 3, o su pertenencia al jurado del Premio Adonais, ya no puede repartir canonjías ni certámenes poéticos, prólogos u otras regalías por las que hasta su muerte era adulado y tenido en cuenta. Especialmente lamentable es la actitud del PP de Madrid con respecto a la casa de la Poesía que fue, y debería seguir siendo la de Aleixandre. El pasado 24 de octubre, Paloma Sobrini, directora general de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid, fue entrevistada en el programa de Radio3 de Marta Echeverría, "Hoy empieza todo", para hablar de Velintonia. Entre sus desafortunadas declaraciones, reduce la casa del poeta y premio Nobel Vicente Aleixandre a “un conjunto de ladrillos y paredes”. Evidentemente desconoce y su labor es la contraria, que entre esas paredes, se leyó, por primera vez, “Los Sonetos del amor oscuro” de Lorca y que, por su vinculación con la política y la cultura republicana, fue el objetivo civil más bombardeado. Son declaraciones que definen bien la postura del PP en este asunto y la del consejero de Cultura, Turismo y deportes, Jaime Miguel de los Santos.   declaraciones que definen muy bien la postura del PP en este asunto y la del consejero de Cultura, Turismo y Deportes, Jaime Miguel de los Santos:

"Lo que nosotros entendemos que tiene valor, indudablemente tiene valor, y es en lo que estamos trabajando, y que ya estamos en ello, es en realizar todas las investigaciones y acciones para recoger la información, porque el legado, el legado es lo que tiene valor, sus archivos, sus documentos […], y estudiar dentro del marco jurídico la posibilidad de declarar BIC ese legado, PORQUE ESO ES LO QUE TIENE VALOR, NO LA CASA, NO LOS LADRILLOS, NO ESAS PAREDES EN LAS QUE LLEVAN AÑOS SIN REALIZAR NINGUNA ACTIVIDAD […]". declaraciones que definen muy bien la postura del PP en este asunto y la del consejero de Cultura, Turismo y Deportes, Jaime Miguel de los Santos:

"Lo que nosotros entendemos que tiene valor, indudablemente tiene valor, y es en lo que estamos trabajando, y que ya estamos en ello, es en realizar todas las investigaciones y acciones para recoger la información, porque el legado, el legado es lo que tiene valor, sus archivos, sus documentos […], y estudiar dentro del marco jurídico la posibilidad de declarar BIC ese legado, PORQUE ESO ES LO QUE TIENE VALOR, NO LA CASA, NO LOS LADRILLOS, NO ESAS PAREDES EN LAS QUE LLEVAN AÑOS SIN REALIZAR NINGUNA ACTIVIDAD

Quedan, “algunos pocos corazones afines”, como él mismo dejó escrito, que mantienen encendida su palabra y el fulgor de su obra. Esta edición minuciosa de Alejandro Sanz, absolutamente imprescindible ya,  ordena las irregulares ediciones anteriores, muy faltas del criterio del propio poeta, salvo la que él mismo supervisó en el 68. Las que siguieron, aunque llenas de buenas intenciones, eran irregulares o repetitivas; Alejandro Sanz, sin embargo,  contextualiza los libros en la totalidad de la obra y la biografía de su autor, así como incorpora un gran número de inéditos, impagables, y que no constaban mas que en revistas, cartas y publicaciones sueltas, así como en carpetas clasificadas por el propio Nobel y sobre las que ha trabajado el autor de la edición crítica actual.

Lee aquí uno de los poemas inéditos de Victene Aleixandre

En efecto, Aleixandre ejerció un verdadero magisterio durante décadas, como se ha expuesto en un reciente congreso organizado por la ACE y la Universidad de Málaga sobre su obra y en la que han participado especialistas, amigos y escritores como Antonio Hernández, Colinas, José Sarriá, Raquel Lanseros, José Infante, Francisco Morales Lomas, Remedios Sánchez, o el propio editor de sus obras completas, Alejandro Sanz, entre otros. En los textos inéditos puede apreciarse la delicadeza, la capacidad de traspasar la realidad en las metáforas y emocionar  con una pre-visión propia de los vates de la antigüedad. También de marcar las tendencias poéticas de varias generaciones y adelantarse, como a la actual moda del poema en prosa. Uno de estos inéditos no recogidos en libro hasta ahora, con el título “La Vida”, podría haber sido desgajado, quizá porque lo traslucía en sus anhelos más de lo que a él le gustaba, de libros fundamentales para la poesía española del siglo veinte como Espadas como Labios, La destrucción o el Amor-singular premio Nacional de Literatura en plena República, en 1933, cuando no se editaría hasta 1935, y sólo se conocía en las tertulias y algunos poemas publicados en Revista de Occidente-, o Sombra del Paraíso. En este texto poderoso está su apuesta por multiplicar la vida a través de la palabra, y latiendo siempre, el amor que no debe decirse: “No te quejes, amorosa existencia, del dolor de vivir,/de saber que en lo oscuro una cadena no duerme,/de presentir cuánto cuesta no confundir un beso y un coágulo”. Aleixandre, malagueño de corazón a cuya memoria de infancia dedicó su “Ciudad del Paraíso” revive en estas “Obras Completas” con versos y conciencia encendida e incendiaria para los que buscan  el “tú, fiel oído que escucha unas palabras”.