A pesar de llevar un año y dos meses fuera de España, los escándalos que sacuden a Juan Carlos I no dejan de sucederse. Las regularizaciones fiscales, los supuestos problemas de salud, la vacunación de sus hijas aprovechando un viaje o su relación con las mujeres, han sido la tónica de los últimos meses.

Precisamente este último asunto, el de las mujeres, ha cobrado más fuerza después de que se relacionara al monarca con su biógrafa, la francesa Laurence Debray.

En el plano íntimo de su vida han sido pocos los nombres que se han conocido de las amantes del Rey Emérito. Tanto, que es complicado recabar más de cinco nombres del tirón. Sin embargo, los más cercanos al emérito han conocido al dedillo la vida extramatrimonial que ocultaba a los españoles.

Es el caso de Amadeo Martínez Inglés, coronel retirado del Ejército, que narra en su libro Juan Carlos I. El rey de las cinco mil amantes (Chiado Editorial) las aventuras con otras mujeres del monarca. Según contaba a ElPlural.com hace un año, le costó mucho que el libro viera la luz, ya que, aunque hubiera muchas editoriales interesadas en su investigación, ninguna se había atrevido a publicarla.

Ahora, un año después, volvemos a hablar con él para hacer balance y que revele nuevos datos hasta ahora inéditos de su vida en Abu Dabi.

PREGUNTA: Usted dijo que Juan Carlos I se había acostado con más de 5000 mujeres, ¿cree que ha aumentado esta cifra en el año y dos meses que lleva en el extranjero?

RESPUESTA: El número exacto de encuentros sexuales del “depredador Juanito” que yo volqué en mi libro ascendía a 4.786 (redondeé a 5.000 en el trabajo), cifra sacada con un gran esfuerzo y una voluntad de monje cisterciense, de los múltiples documentos que durante años llegaron a mi poder en los largos años que permanecí en altos puestos de la Inteligencia Militar española como el Estado Mayor del Ejército (EME), jefe de Operaciones e Inteligencia de dos Brigadas operativas y como profesor principal de Estrategia e Historia Militar en la Escuela de Estado Mayor.

Recuerdo que en la propia División de Organización del EME existía una “oficina virtual”, con personal permanente dedicado única y exclusivamente a recoger las andanzas del Borbón en todas las áreas de su devenir personal y profesional, pero especialmente en las de orden sexual y delictivo de toda laya. Y de esa oficina, que trabajaba al alimón con otra de la División de Inteligencia de ese mismo EME, salían a diario, con un muy limitado número de destinatarios de alto nivel castrense, jugosos dossieres, audios y vídeos en los que el rey (y antes el príncipe) actuaba de perverso y sutil protagonista.

Las escenas de sexo del Borbón Juanito, en ocasiones de sexo duro, extravagante, indecoroso, para nada homologable con el que realizan a diario los millones de juiciosos matrimonios españoles (y no solo de derechas) servían, en primer lugar, de motivo de comentarios nada favorables para la familia real entre los altos, altísimos mandos, de la cúpula militar y, claro está también, de los que no tan altos trabajábamos junto a ellos en ese estatus especial militar de los altos secretos, la máxima confidencialidad y la seguridad del Estado.

Volviendo a la pregunta, debo decir que mis fuentes de información ya no son tan numerosas y fiables como antes de la abdicación de Juan Carlos y mucho menos aún desde que se largó a Abu Dabi. Pero eso no quita para que todavía trasciendan algunas cosas de interés relativas a este sinvergüenza que se ha pegado la gran vida en España durante más de cincuenta años robando, defraudando, comisionando, blanqueando, montando golpes de Estado palaciegos, malversando millones de euros para pagar a sus carísimas amantes, traicionando a España en asuntos tan importantes como la entrega humillante del Sáhara español o la muerte de Carrero Blanco del que hablaré en mi próximo ensayo hablando de la conspiración entre entes españoles y americanos que llevó al asesinato del almirante y presidente español. ¡Ojo que no fue obra de ETA sino de la CIA!

Pero sí, que este hombre ha seguido igual en el terreno amoroso y depredador y que mientras estuvo vagueando en La Zarzuela desde su abdicación en junio de 2014 hasta el verano de 2020, en que cogió sus aparatos y sus medicamentos indispensables para el jolgorio y el espasmo psicosexual y se largó con los moros y sus harenes, siguió con sus “salidas” y escarceos extramuros de palacio obedeciendo aunque en menor medida las pertinentes ordenes de esa malsana señora que todos conocemos como “la lívido”, que los Borbones conocen y obedecen tan bien.

No tengo duda por mis nuevos informes que a estas alturas Juanito ha traspasado la línea roja de las cinco mil amantes porque en Abu Dabi sigue trabajando y redondeando esa cifra por exceso. Aunque se ha blindado muy bien el puñetero y con su nuevo look pasa más desapercibido en su regular visita a los harenes que ha puesto a su disposición el fastuoso emir de Abu Dabi. Que como siga mucho tiempo a su lado el follador Juanito deberá pedir auxilio logístico de féminas y eunucos al resto de los emiratos del Golfo ¡Menudo es el Borbón!   

P: ¿Entonces Juan Carlos I sigue acostándose con mujeres al igual que lo hacía en España? Usted afirma con total naturalidad que es un "depredador sexual".

R: Por supuesto que Juan Carlos sigue acostándose con mujeres (con hombres todavía no se ha demostrado documentalmente) pues menudo sitio ha elegido el perla para exiliarse y descansar, con decenas de mujeres a su disposición procedentes de los harenes de todos y cada uno de los sátrapas de Emiratos Árabes Unidos.

Yo lo dije porque hay pruebas, y lo es, un mujeriego impenitente, un casanova de medio pelo, un auténtico depredador sexual, un adicto al sexo, un “tombeur de femmes", como dicen los franceses. Además de ser autoritario, acosador y hasta torturador.

Y esto es así porque este hombre, casi ya en su agonía existencial, necesita patológicamente a las mujeres no solo para que ejerzan exclusivamente la función de partenaire en una unión de pareja según los cánones aceptables propalados por la iglesia católica y generalmente admitidos en una sociedad medianamente permisiva y libre como la occidental, esto se queda corto para su ego viperino; este obseso patológico las quiere y necesita como meros juguetes para su fantasía degenerada y sus necesidades o vicios inconfesables.

P: ¿Es cierto que muchas de esas mujeres eran porque pagaba a prostitutas?

R: La mayoría de las mujeres que se han acostado o han sufrido los juegos eróticos de este perverso personaje eran y son prostitutas. Naturalmente de alto, altísimo standing. En la primera división jugaban las altas féminas españolas asociadas normalmente al espectáculo, la canción, la política, la moda, la nobleza. Estas mujeres estaban a la orden -nunca desobedecida, faltaría más- de los “celestinos zarzueleros” que cursaban las peticiones del “sultán español” con apenas unas horas de antelación para que la agraciada se personara en orden de revista en el lugar señalado de antemano, donde sería recogida con el mayor secreto y trasladada al picadero regio correspondiente.      

Pero prostitutas nacionales eran las menos. Lo normal era contratar mujeres muy especiales de fuera de España. Tanto la nacionalidad, como la altura física, como el color del pelo, como el tamaño de los pechos, como su altura social eran fijadas escrupulosamente por Juanito. Eran traídas al lugar elegido en este país para recibir en olor de “amor puro y desinteresado” al impúdico Borbón.

P: ¿Ha llegado a tener problemas de algún tipo el monarca a la hora de tener sexo con mujeres?

R: Sí, sí, ha tenido algunos problemas con las mujeres pero este ser “inviolable e irresponsable” se los ha pasado siempre por el forro de la impunidad. En mi libro saco a relucir un total de 14 casos, de los que he tenido constancia en mis investigaciones.

P: ¿Podría contarnos alguno?

R: Por ejemplo féminas muy jóvenes embarazadas por el personaje en los cuatro años en los que estuvo sujeto a la disciplina militar como cadete en las Academias Militares de Tierra, Mar y Aire. Se las despidió amablemente y salvo un par de ellas sino recuerdo mal,  aparte los dos casos que han trascendido por vía judicial, la mayoría de ellas habrán rehecho sus vidas con un “borboncito” en el armario.

P: ¿Y no cree que la marcha a Abu Dabi le habrá hecho reflexionar y la edad le habrá bajado la lívido de la que usted habla?

R: A este monstruo del sexo no le bajan la lívido ni los años ni un pelotón de la Guardia Civil. Como acabo de decir, necesita a las mujeres más que al comer y beber, que ya es decir. En los últimos días se ha comentado que la periodista Laurence Debray era la amante de turno debido a la biografía sobre el emérito que va a publicar en Francia.

No me lo creo. Este sujeto como está, que da pena verlo, no está en condiciones de llevarse a la cama más que a mujeres obligadas, esclavas, como las que sí frecuenta secretamente en los harenes de los EAU.