En verano es frecuente que cambien nuestras rutinas y con ellas también nuestros hábitos de alimentación.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que en esta época del año gastamos menos, aunque no siempre tengamos menos apetito, y por ello es importante cuidar lo que comemos si no queremos almacenar grasa.

“El apetito solo se quita si sentimos calor, de manera que si estamos en sitios con ambiente neutral o fresco no disminuirá”, recuerda la Dra. Clotilde Vázquez, jefa del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid.

Por ello es muy importante no dejarse engañar por la ausencia de calor y comer poco.

En lo que respecta a los alimentos por los que optar, apunta esta especialista, es un momento idóneo para aumentar nuestra ingesta de frutas, verduras y hortalizas, muy ricas en vitamina C.

“Muchas de ellas no las tenemos el resto del año, y si las tenemos son de cámara y no tienen el mismo valor nutricional”, aclara.

Es aconsejable, por tanto, “hacernos un poco vegetarianos estos dos meses”, indica. Las ensaladas son una opción ligera y muy fresca, al igual que otro tipo de platos como el gazpacho.

El pescado es otro gran aliado en estas fechas. Además de proteínas, es rico en vitaminas, minerales y ácidos grasos beneficiosos y se digiere mejor que la carne. 

Qué debemos evitar

Por el contrario, hay productos cuyo consumo se multiplica en estos meses de calor y con los que hemos de tener especial cuidado. Es el caso de las bebidas azucaradas, el alcohol o los helados. Se pueden hacer excepciones, pero nunca incorporarlos a nuestros hábitos diarios.

La actividad física, fundamental

Además de cuidar lo que comemos, es fundamental realizar actividad física. “Puede considerarse el primer consejo nutricional, porque tiene una repercusión muy beneficiosa en nuestro estado nutricional”, apunta la Dra.Vázquez.

En este sentido, aclara que no tiene que ser deporte extremo, ni extenuante. “Es más, no debe serlo”, precisa, recalcando que es importante “pasar todo el tiempo posible al aire libre, haciendo ejercicios aeróbicos y respirando el aire más puro que podamos”.

Con esto conseguiremos que nuestro metabolismo mejore en gran medida y aproveche lo que ingerimos.

Eso sí, es importante tomar una serie de precauciones con respecto al calor, como evitar las horas centrales del día, hidratarse bien y utilizar protección solar y ropa adecuada. Si tenemos opción de practicarlos, los deportes acuáticos son una gran opción.

Siguiendo esta serie de consejos, el verano, además de ser una buena época de descanso, lo puede ser también de mejora de nuestra salud e, incluso, si es el caso, podemos perder los kilos que nos sobran.