Antes de convertirse en el centro neurálgico del planeta fútbol – al menos por un día, claro -, Cardiff pasaba desapercibida a los ojos del mundo entero. Una ciudad diferente, contracultural quizás. El encanto del paisaje de la época victoriana conjuga con la historia de una ciudad vital para la Revolución Industrial. La minería ha sido un importante activo para la capital de Gales durante este periodo de la historia.

El foco de la ciudad se ha desviado a la Bahía de Cardiff, donde se ubican los muelles. Un enclave capital para la industria minera que creció en la ciudad, pues desde ahí exportaban el carbón al resto del mundo. Actualmente, tiendas, restaurantes y bares disfrutan de las transformaciones que sufren los muelles.

Exportador de carbón

Con el inicio de la Revolución Industrial, la ciudad de Cardiff, gracias a la construcción de sus muelles por parte de John Crichton-Stuart, cobró una sustancial importancia debido a la exportación de carbón. La actual capital de Gales se erigió como la mayor exportadora de carbón del mundo.

Los habitantes de Cardiff siempre han sido conocidos por su excelente hacer en la minería, de hecho se la conocía como la capital del carbón. Un hecho que, lógicamente, impulsó la economía de Gales, convirtiéndola en un gran núcleo industrial.

Declive y llegada del petróleo

Tras la Gran Guerra, comenzó la decadencia de la ciudad. El carbón ya no iba a ser el material puntero, pues un nuevo elemento hizo acto de presencia: el petróleo. La sustitución del primero por este último era cuestión de tiempo y la fuerza minera de la ciudad – y de toda Gales – fue decreciendo exponencialmente.

Las minas de carbón fueron cerrando y esto provocó un aumento desproporcionado del paro. Los días boyantes habían alcanzado su ocaso. El crepúsculo de una nueva era se acercaba, pero aún debían remar a contracorriente para revertir una situación que se antojaba crítica.

Hasta finales del siglo XX, la capital galesa no volvería a brillar con luz propia. Una larga travesía por el desierto a la que se puso punto y final con un gran plan urbanístico. El objetivo era revitalizar el antiguo puerto industrial, además de peatonalizar el centro histórico. Un impulso que sigue acentuándose en la actualidad y la ciudad recibe cada vez más turistas.

La ciudad de los castillos

Además de por su pasado minero, Cardiff es una ciudad repleta de castillos. A orillas del Taff, en pleno centro de la city, reside el Castillo de Cardiff. Un recinto que data de la época normanda y amurallado en cuyo interior se puede encontrar una torre normanda del siglo XI y un palacio victoriano de inspiración gótica.

Aunque no sólo destaca este amurallado complejo, sino que a 10 kilómetros de Cardiff, reposa el Castillo de Caerphilly. Una fortaleza normanda que cuenta con todos y cada uno de los elementos de un castillo medieval.

Un lugar para los ‘frikis’

Los amantes de la longeva serie de Doctor Who pueden disfrutar de un tour ubicado en la Bahía de Cardiff. Una instalación con un recorrido de lo más interactivo que se puede encontrar en la capital de Gales. Desde conocer a los villanos de la serie hasta ‘pilotar’ la TARDIS – la famosa nave que utiliza el Doctor para viajar por el universo y el tiempo -.

Una ciudad alejada del glamour que acogerá el mayor evento futbolístico que puede existir en Europa y en el mundo, la Final de la Champions. Una cita que quedará para el recuerdo y que servirá a la ciudad para ponerla en el punto de mira del turismo mundial.