Hace unos días se conoció un brote de coronavirus en Albacete. Las personas infectadas eran un grupo de temporeros.  A día de hoy, 11 de los 23 contagios están en paradero desconocido, según ha declarado la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha al periódico El País.

Por ello, la Delegación del Gobierno ha organizado un dispositivo de búsqueda en la estarán involucrados la Policía Nacional, Local y Guardia Civil. Sin embargo, el Ayuntamiento no conocía esta información.

Los infectados por el brote son un grupo de temporeros de la zona de Albacete, que fueron aislados tras someterse a las pruebas PCR. Anteriormente, estos trabajadores se alojaban en unas naves industriales abandonadas bajo condiciones bastante precarias.

Los hechos de esta historia se remontan al pasado domingo, cuando estos trabajadores decidieron saltarse el aislamiento para protestar junto a multitud de compañeros (negativos en covid), la situación tan inhumana que están sufriendo.

Este miércoles, los temporeros que dieron negativo en la PCR fueron distribuidos en espacios con mejores condiciones. De los más de 400 trabajadores, 240 se han podido beneficiar de esta reubicación. Por otro lado, 100 de ellos se quitaron la pulsera que indicaban el resultado en la manifestación, por lo que nuevamente han tenido que realizar otra prueba.

Ante este problema, la Consejería de Sanidad ha optado por el silencio, y solo declarará sobre los 12 positivos que siguen aislados en el polideportivo. La Delegación barajea la posibilidad de que los contagiados se encuentren entre el resto de los temporeros en las naves industriales. Sobre esto, Sanidad ha expresado: “Nosotros nos limitamos a hacer pruebas y aislar”. Dicha desaparición no se conoció hasta este miércoles.

Una situación que preocupa al Gobierno Regional debido a que los temporeros no solo estuvieron entre los trabajadores con PCR negativa, sino que también han podido regresar a las naves donde se hospedaban.

Salif Sy, presidente de la Asociación de Inmigrantes Africanos de Albacete, reconoce que ha habido una falta de comunicación: “A algunos no les ha quedado claro que el confinamiento era por el virus y no por un tema racial”, tal y como reconocían algunos de los inmigrantes ante el periódico El País.

Sin duda, la guinda del paste se acentuó en la pasada protesta, cuando luchaban contra una injusticia que llevan cargando desde hace más de una década. Anualmente, multitud de inmigrantes llegan a la ciudad para trabajar en el campo. Los refugios donde se cobijaban se encontraban en dos puntos sobre una carretera a las afueras de la ciudad y en una fábrica abandonada de cereales, al amparo de unos colchones viejos y un techo lleno de agujeros.

Médicos del Mundo, junto con distintas ONG's de la zona, llevan mucho tiempo difundiendo las condiciones tan precarias que sufren los temporeros de Albacete. Por ello, el pasado martes, el Defensor del Pueblo solicitó a las administraciones acabar con la “situación de degradación” en la que viven.