Sábado 9 de diciembre. Pleno Puente de la Constitución. Aeropuerto de El Prat. Terminal 1. Al trasiego habitual de los aeropuertos con maletas, colchones para el cuello y personal de seguridad apartando la enésima botella que algún pasajero quiere colar en el control de seguridad se le suma barullo

La falta de adjudicación del servicio de embalaje de maletas por parte de Aena hizo aumentar las tensiones entre las diferentes empresas que ofrecen a los viajeros la protección del equipaje embalando sus maletas antes de ser facturadas. Una brutal pelea con los rollos de plástico que acabó con uno de los implicados en la trifulca herido trasladado por el SEM al hospital y cuatro detenidos.

Con rollos de film como arma arrojadija, varios de los empleados de estos puestos que se encuentran a lo largo de la terminal iniciarion una pelea que dejó atónitos a los viajeros que aguardaban para iniciar su viaje. Una cuestión que se produce de manera regular en el aeropuerto ya que no hay un servicio adjudicado que se encargue de los embalajes y será a final de año cuando, por fín, Aena adjudique el contrato.

Varios agentes de los Mossos d'Esquadra de incógnito desplegados en el aeropuerto frenaron la discusión antes de que afloraran los cutters que acostumbran a emplear estos embaladores ilegales. También intervinieron policías habitualmente encargados de la seguridad del aeropuerto y otros dispuestos ante posibles actos terroristas que se puedan producir en infraestructuras críticas como esta.

El resto de embaladores clandestinos implicados en la pelea huyó en estampida, corriendo a toda velocidad entre numerosos pasajeros incrédulos ante lo que estaban viviendo. Muchos incluso a escasos centímetros de embaladores que se daban golpes.

La imagen de estos embaladores clandestino es habitual. Con la pandemia se rompió el contrato de la empresa de embalaje y, con la recuperación de los vuelos, se comenzó a llenar de estas personas que por unos cinco euros por maleta se enzarzan una brutal discusión.

Según Mossos d'Esquadra, hay tres grupos organizados de personas de origen sudamericano que, ante la falta de recursos, acostumbran a disputarse los mejores rincones de las terminales para conseguir embalar más maletas. No obstante, este ha sido el enfrentamiento más fuerte hasta la fecha.