Después de más de medio siglo acompañando el paso de generaciones por la calle Ruzafa, en la entrada del emblemático restaurante ‘Aitona’, la icónica paella gigante ha sido retirada este jueves, sorprendiendo a lugareños y visitantes.

La estructura –un cartel con forma de paella que integraba el nombre del local– desapareció ante la mirada de quienes circulaban por una de las principales vías hacia la playa de Levante. Este cartel formaba parte de la historia de la capital turística y era símbolo de este negocio que abrió hace ahora 60 años. 

Este miércoles ocurrió un momento que nadie esperaba; testigos, grabaciones y publicaciones en redes sociales captaron el momento en que los operarios retiraban este elemento. El local hostelero que abrió sus puertas en 1965 y el cual está ubicado en pleno centro de la ciudad dice adiós. 

Las reacciones a este inesperado cierre no se hicieron esperar: “¿Y ahora dónde va? ¿Qué van a hacer con el”. No es solo un simple cartel de un restaurante, es ya un símbolo emblemático de la ciudad. 

¿Qué viene ahora?

No obstante, hay una esperanza de salvación para este peculiar emblema. El cartel ha sido cedido por los propietarios al Ayuntamiento de Benidorm. La intención es restaurarlo y encontrarle una nueva ubicación que dignifique el valor histórico y sentimental de la estructura, aunque ya no podrá lucir en la puerta del restaurante ‘Aitona’.

Este relato de nostalgia urbana se enmarca en el cierre de un capítulo simbólico en la cartelería local: una pieza que, más allá de anunciar arroces y carnes, supuso –durante casi 60 años– un pequeño monumento a la identidad turística de Benidorm. 

El Ayuntamiento asume la responsabilidad de restaurar y reubicar la paella, aunque aún no hay fecha ni lugar definitivo. La medida ha sido recibida con alivio por los vecinos, deseosos de que este testigo del pasado turístico de la ciudad siga poniendo cara a su historia.

El restaurante ‘Aitona’

El restaurante Aitona abrió sus puertas el 24 de junio de 1965, impulsado por Jaime Pérez Sales (Benidorm, 1937), un hombre que siempre tuvo claro que pocos platos conquistan tanto como un buen arroz. Su andadura en la hostelería comenzó en los años 50, cuando trabajó como camarero en el restaurante Aitana, también ubicado en la calle Ruzafa. Con tan solo 23 años, y tras varios años de experiencia, surgió la oportunidad de adquirir aquel negocio por 250.000 pesetas de la época, dando el salto de camarero a propietario.

Tres años después, en 1963, Pérez Sales puso en marcha su segundo proyecto: el Nuevo Aitana, donde incorporó una barra de tapas y aperitivos que rompía moldes por su innovación, tal y como él mismo relató en una entrevista al diario 'INFORMACIÓN'.

Un año más tarde contrajo matrimonio con Carmen, con quien tuvo dos hijos, Toni y Cati. Juntos, el 24 de junio de 1965, dieron vida al restaurante 'Aitona', también en la calle Ruzafa, que pronto se convertiría en un referente de la gastronomía de Benidorm. Solo un par de años después, el local quedó definitivamente identificado con un icono que marcaría a generaciones: la gran paella gigante que lo coronaba en la entrada.

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