Este mes de octubre, al llegar la madrugada del sábado 26 al domingo 27, España adoptará el horario de invierno. Los relojes se atrasarán una hora, por lo que a las 3:00 de la madrugada, oficialmente serán las 2:00. Este ajuste, regulado por una directiva comunitaria, busca optimizar el aprovechamiento de las horas de luz solar durante los próximos meses. Sin embargo, este cambio no es solo una cuestión de horarios, sino que también puede repercutir significativamente en nuestro ritmo biológico, provocando desde fatiga y somnolencia hasta distracciones, aspectos que pueden influir directamente en la seguridad vial.
Este año el cambio de hora será a pocos días del puente de Todos los Santos, a principios de noviembre, un periodo en el que se incrementan los desplazamientos por carretera. Es crucial recordar que durante los tres o cuatro días siguientes al cambio de hora, podrían manifestarse síntomas como la fatiga o el sueño, que afectan directamente a la capacidad de conducción. Para mitigar estos efectos, es recomendable mantener un horario regular de comidas y sueño, asegurando al menos ocho horas de descanso nocturno. Evitar estimulantes como la cafeína también puede ayudar a minimizar el impacto del cambio de hora en nuestro organismo.
Consejos para adaptarse al nuevo horario y evitar riesgos al volante
La somnolencia al volante se asocia con un alto porcentaje de accidentes de tráfico, siendo la causa principal en aproximadamente el 30% de los casos, especialmente entre conductores profesionales. Los grupos con un mayor riesgo de accidentes por esta causa incluyen a los conductores de turnos rotativos, jóvenes, personas con trastornos del sueño y aquellos que conducen bajo los efectos del alcohol o drogas.
Las principales alteraciones que provoca la somnolencia y que afectan la conducción incluyen un incremento en el tiempo de reacción, una reducción en la concentración, más distracciones, una toma de decisiones más lenta y errónea, alteraciones motoras, sensoriales y de percepción, así como movimientos más automatizados. Además, se puede experimentar la aparición de microsueños y cambios en el comportamiento que pueden ser críticos durante la conducción.
En resumen, el cambio de hora no solo ajusta nuestros relojes, sino que también desafía nuestra capacidad de adaptación. Tomar medidas preventivas y ser conscientes de los potenciales riesgos puede ayudar a evitar accidentes y garantizar una transición más segura al horario de invierno.