Las infecciones por SARS-CoV-2 avanzan imparables en España, dejando, además, de miles de víctimas mortales, alarmantes cifras de afectados. Algunos han conseguido superar la enfermedad, pero muchos otros, mantienen una incansable lucha desde hace ya casi un año.

Son los afectados por Covid Persistente, un problema para el que siguen faltando casi todas las respuestas.

Hace diez meses que Raquel convive con la fiebre intermitente, la tos, el dolor de cabeza, el cansancio, y otros muchos síntomas como erupciones, llagas en la boca, derrames oculares, etc.

Enfermó en plena primera ola, por lo que no consiguió ni tan siguiera oír una voz al otro lado del teléfono de emergencias; mucho menos, una prueba diagnóstica.

Desde entonces, como miles de personas, afronta cada día llena de incertidumbre.

Su vida no se parece en nada a la que tenía antes, pero no pierde la esperanza de que algún día todo termine.

“No soy la que era”, confiesa al ELPLURAL.COM. “Todos los que tenemos esto somos sombras de lo que éramos”, reconoce.

Raquel forma parte del grupo de afectados de Andalucía, integrado en el colectivo Long Covid Acts, que desde mayo trabaja con la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) para que se reconozca esta enfermedad y se le de la relevancia que merece.

El pasado mes de noviembre, la SEMG presentó el que es el primer Estudio sobre el Covid de larga duración y pronto verá la luz una Guía clínica de atención y seguimiento a este tipo de pacientes, cuyo germen fue el Kit de Atención básica al paciente con enfermedad COVID-19 Persistente.

El objetivo es que todos estos materiales sean incorporados como “protocolos de atención dentro de nuestro sistema sanitario, de manera que cuando los pacientes lleguen a consulta reciban una atención adecuada”, precisa la Dra. Pilar Rodríguez Ledo, vicepresidenta de la SEMG.

Los colectivos reconocen que se han dado algunos pasos en este sentido, pero, sin embargo, siguen siendo “los menos” los facultativos sensibles con esta enfermedad. La mayor parte de los pacientes continúan sintiéndose incomprendidos.

No son secuelas

Sus síntomas no son secuelas, sino que constituyen una patología. En este sentido, se ha logrado que, por primera vez, se incluya en la Información científico-técnica de la enfermedad de coronavirus del Ministerio de Sanidad un apartado dedicado al Covid Persistente diferenciado.

“Son dos cosas distintas”, subraya la doctora Rodríguez. “No se trata de las ‘cicatrices’ de la enfermedad, de la falta de función de un órgano que se haya visto afectado”, recalca. En estos casos, los síntomas persisten en el tiempo, fluctuando, evolucionando “Desparecen unos y aparecen otros”, indica esta médico. Casi un año después, los afectados siguen sin recuperar la normalidad, y sigue sin evidenciarse nada en la práctica clínica habitual.

Las pruebas a las que se somete a este tipo de pacientes no arrojan luz, porque no se ve nada anormal en ellas. “Puede que el virus permanezca acantonado en los tejidos, provocando una respuesta inflamatoria, o que haya una respuesta autoinmune”, apunta la Dra. Rodríguez.

Lo que está claro es que no se puede hablar de Post Covid. En estos casos, “simplemente hay una prueba PCR negativa, que indica que el virus no se encuentra en orofarínge, pero puede seguir en el organismo, no se sabe”, indica.

Tratamientos sintomáticos

Desconocer qué ocurre hace imposible el tratamiento. A día de hoy, solo se pueden abordar los síntomas. La doctora Rodríguez pone un ejemplo clarificador en este sentido: “Es como si tratáramos una neumonía con un antitérmico”.

Un problema social y económico

Avanzar en este sentido y hacerlo rápido es fundamental. La vicepresidenta de la SEMG tiene claro que el Covid Persistente va a suponer un problema social y económico muy importante. “Sabemos que afecta a, al menos, un 10 por ciento de los infectados, lo que significa que hay ya en España 250.000 personas con este problema”, subraya. “¿Cuántas serán en marzo?” , se pregunta, y advierte: “Estamos ante una gran bola de nieve”.

Con respecto a los afectados en los últimos meses y los de la primera ola hay diferencias porque la detección “es distinta”, pero los síntomas, mantenidos en el tiempo, son los mismos, por lo que resulta fundamental “hacer un buen seguimiento y una comparativa”.

Abordaje homogéneo y completo

El fin ha de ser, además de encontrar respuestas, alcanzar el abordaje homogéneo y completo de la enfermedad. Para ello, la SEMG presentará este martes 26 de enero un borrador avanzado de la guía que ha elaborado a más de 30 sociedades médico-científicas diferentes, para que cada especialidad aporte el conocimiento que tiene de su área. “No podemos fragmentar la patología. Es necesario una visión holística”, insiste la vicepresidenta de la entidad, que agradece mucho la respuesta que han tenido. “Que acudan tantas organizaciones indica la necesidad y sensibilidad que tenemos los profesionales ante la situación”, afirma.

La cara laboral

El deterioro de su salud no es la única realidad a la que tienen que hacer frente los afectados de Covid Persistente. La otra es la laboral. Dado que, en su mayoría, son personas jóvenes, con una media de edad de 43 años, no solo se ven incapacitados para realizar sus tareas básicas diarias, sino también para trabajar.

Antes de su particular infierno, Raquel cuidaba enfermos de noche en los hospitales. Ha llegado a plantearse intentar volver, pero su cuerpo no tarda en recordarle que todavía no está preparado para eso.

En el día a día, apenas nota mejoría, aunque si echa la vista atrás confiesa que “el banquito que tenía junto a la ducha ya ha desaparecido de allí”, y esa es la esperanza a la que se aferra.

El tema laboral es, precisamente, otro de los aspectos que se está trabajando con la Administración, para que se reconozca esta incapacidad y se puedan obtener las correspondientes bajas hasta la recuperación.

“A día de hoy, las bajas son por enfermedad común por el síntoma principal que les incapacita”, recuerda la Dra. Rodríguez.

Teniendo en cuenta que muchos de ellos hace casi un año que enfermaron, tal vez acabarán teniendo que enfrentarse a un tribunal médico. ¿Qué pasará entonces? ¿Cómo justificarán su situación?