El uso y acceso a las tecnologías se han convertido en uno de los principales puntos de conflicto entre padres e hijos. Los niños piden su primer móvil a los nueve años, aunque hay un porcentaje de aproximadamente el 27,7% que lo solicita antes de los siete. 

Así lo señala un estudio realizado en España por Xplora, una compañía tecnológica noruega, en colaboración con la experta en familia y tecnología, María Zabala, que apunta, además, que los hijos de padres más jóvenes muestran una tendencia mayor a pedir un teléfono antes.

“Padres, madres, educadores y sociedad en general compartimos la inquietud por la creciente presencia de tecnología durante infancia y adolescencia. Nos preocupan el tiempo de pantalla, los contenidos inadecuados, los peligros... “, precisa esta especialista en Alfabetización y Ciudadanía digitales y miembro de The Digital Citizenship Institute (EEUU).

Sin embargo, apunta, “la inquietud estrella tiene que ver con cuál es la edad para darles móvil y cuáles las consecuencias de que éste llegue demasiado pronto o se utilice mal”.

Este I Estudio y Decálogo XPLORA sobre niños y móviles, elaborado en función de una muestra de 400 padres y madres de niños-as de entre 5 y 12 años, aborda, precisamente, qué aspectos han de tenerse en cuenta a la hora de dar ese paso.

Aproximadamente el 73% de los entrevistados reconoce que la razón de comprar a sus hijos el primer móvil es“la tranquilidad que supone estar en contacto con ellos", y en este sentido son las madres las que más subrayan esta necesidad de comunicarse con los menores. 

Pese a esto, a los progenitores les preocupa que accedan a contenidos inadecuados o que entren en contacto con ciertas personas sin el control de un adulto. 

Hay padres y madres que también indican su inquietud por posibles robos o por el mayor peligro de bullying, aunque en menor propoción, entre el 20y el 30%.

Diez recomendaciones 

Por ello, el estudio incluye diez recomendaciones que se deben tener en cuenta a la hora de ceder a la eterna petición de los hijos. 

1.Potenciar un acceso gradual: Es fndamental que los niños accedan a la tecnología de forma gradual. Si el primer acceso es un smartphone las opciones son infinitas y no sabrán gestionarlo. Es importante no olvidar que el adulto eres tú y que tú decides cuándo tu hijo accede a la tecnología.

2. Definir el propósito: Cada familia tiene unas costrumbres, convicciones y necesidades distintas. Hay que valorar las ventajas y los inconvenientes de que nuestro hijo tenga móvil. 

3.Tomar la decisión: Ellos lo piden muy pronto, pero eres tú quien decides cuándo es el momento adecuado.

4.Conocer las alternativas: El 50% de los niños españoles dispone de un móvil. La primera opción siempre es un smartphone, pero los especialistas recomiendan comenzar por un smartwatch, que no implica autonomìa y conectividad abiertas.

5.Compartir unas normas: La eduación se basa en el ejemplo, el diálogo y la escucha, pero también en normas y límites. Si eres coherente desde el principio creando unos hábitos en cuanto al uso de las tecnologías conseguirás que su uso sea equilibrado y positivo. Las normas consensuadas y sencillas de recordar son la clave del éxito.

6. Favorecer una autonomía progresiva: La autonomía digital tiene que ir en línea con a la autonomía analógica. Debemos pensar qué va a hacer el niño con el móvil y qué decisiones va a tener que tomar con él.

7. Elegir los entornos: La constante disponibilidad de pantallas nos hace salir menos e, incluso, relacionarnos peor. Debemos buscar contenidos y actividades compatibles.

8. Pensar en los niños: No solo la edad del niño, va a influir en el uso que va a hacer del dispositivo, también cuenta cómo es, su relación contigo e, incluso, sus aficiones. Valóralo.  

9. Abrir conversación: Los niños no temen las tecnologías, pero tampoco saben más que nosotros de ellas. Debemos dar contexto a lo que ven o leen, aportar valores y ayudar a gestionar emociones.

10. Prepararse para ser mayor: Cuando decidamos que ha llegado el momento de que nuestro hijo tenga móvil, es importante ser coherente y elegir bien el momento de entrega y el modelo.