Con motivo de la conmemoración de este día, la Unión General de Trabajadores quiere recordar que el racismo adopta múltiples formas, algunas de ellas el abandono institucional, la ausencia de mención directa a la población española de origen o nacionalidad extranjera y la deficiente inversión en políticas y medidas asociadas a este grupo de población.

"La impresión que esto produce es que hay una parte de la población española a la que por su nacionalidad se la considera pobladores temporales, pese a que el 53% de quienes tienen nacionalidad extranjera, llevan más de 10 años residiendo en España", subrayan desde UGT. "Si revisamos los Presupuestos Generales del Estado, en contadas ocasiones encontraremos medidas, planes específicos transversales que aborden diferentes aspectos de una población con una tasa de pobreza del 50´2%, el 58´6% en el caso de los menores de edad con padres extranjeros, una tasa de paro del 26%, el 31% en el caso de las mujeres extranjeras y una tasa de sobrecualificación para el trabajo que desempeñan del 62%, la tercera más alta de la Unión Europea", añaden. 

El sindicato llama la atención también sobre que no hay la inversión necesaria en las Oficinas de Extranjería y en políticas y medidas e instalaciones que están destinadas a acoger a las personas que llegan a este país, sean o no solicitantes de protección internacional.

A esto añaden que el argumento de que más inversiones o políticas más adecuadas a la realidad, constituirían un “efecto llamada”, no solo no es aceptable, sino que además esconde el temor de Gobiernos y Administraciones a enfrentar críticas por dedicar esfuerzos presupuestarios y políticos que aparentemente beneficiarían a la inmigración y a la población extranjera.

A su juicio, esta “no acción” es en la práctica una victoria del racismo, de seguir considerando ajenos a todas aquellas personas que, por nacionalidad, origen o apariencia, no son consideradas población española. La llegada de personas a nuestras costas, es una parte del flujo migratorio, que precisa atención. Pero parece existir un interés en que se tome la parte por el todo y nos olvidemos de que una política integral, debe abordar esta situación, pero también los múltiples aspectos de la inmigración, la inclusión y la igualdad de más del 12% de la población española.

Por otra parte, afirman, para poder afrontar, prevenir y sancionar comportamientos discriminatorios asociados al origen étnico o la nacionalidad, es preciso superar la vinculación entre racismo e inmigración. La discriminación racial tiene como víctima a un grupo mucho más amplio de población, con independencia de su nacionalidad o el tiempo que lleven residiendo en España. Del total de 574 victimizaciones por casusa de delitos de odio del año 2019, 219, el 38% correspondían a personas de nacionalidad española, así como el total de victimizaciones por anti gitanismo, 12.

Por último, concluyen "se observa en los últimos tres años, un incremento en el caso de los hechos conocidos por delitos de odio de racismo/xenofobia, que representan el 33% del total de hechos conocidos por delitos de odio, solo por detrás de los que tienen relación con la ideología". 

"El racismo, la discriminación por cualquier circunstancia personal y/o social, se produzca en el ámbito en el que se produzca, no es un problema individual de la propia persona que la padece, sino colectivo, del conjunto de la sociedad", zanja el sindicato.