Hay un juego que muchos historiadores habrán realizado alguna vez. Consiste en buscar nombres de amigos y conocidos entre las páginas de nuestra historia y comparar ambas vidas, el resultado es divertido a más no poder.

Cierto día, el que estas líneas escribe tuvo la curiosidad de encontrarse a sí mismo en otro tiempo y con otra vida y fui a parar con un libro escrito por fray Miguel Zorita fue un agustino recoleto que fue cronista general de su orden y miembro de la real academia de la historia. Cierto es que no me veo yo ni con los hábitos de monje, ni con los honores de la academia, pero hace gracia que a ambos nos gustase la historia.

Miguel Zorita, autor de este artículo en el presente, fraile agustino en el pasado

Albert Rivera un represaliado del franquismo
Es de sobra conocida la purga que el gobierno de Franco realizó incluso a los funcionarios para depurar a toda persona desafecta al régimen. A tal efecto se crearon tribunales específicos dedicados a temas que hoy nos llamarían cuanto menos la atención como fue el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo.

En él hay infinidad de nombres, pero entre ellos uno destaca sobre los demás Alberto Rivera Rivera. 

Entre los nombres de los represaliados durante el franquismo Alberto Rivera es quizá uno de los que más destaca por su tocayo de la actualidad

Ana Gabriel esposa de un corrupto Igualada
Pocos nombres son más sonados en los últimos meses que el de Anna Gabriel Sabaté. Su ideología anticapitalista hace más genial su conexión con la historia porque la otra Ana Gabriel, la del pasado, destacó por todo lo contrario, su amor desenfrenado por el capital y los dineros.

Nos referimos a la esposa del secretario de Felipe III, Pedro Franqueza, uno de los corruptos más codiciosos (hasta que llegaron los actuales) y en cuyas tramas implicó también a su esposa. Al final Franqueza cayó en desgracia arrastrando tras de sí a su mujer que como ya nos sonará… dijo que ella no sabía nada de los negocios de su marido. 

Pedro Franqueza, un político de tomo y lomo que no dudó en contar con su mujer para sus tejemanejes, un caso que no nos llamaría tanto la atención si no fuera porque su esposa se llamaba Ana Gabriel Jorge Fernández investigado por la Inquisición
Que la Inquisición realizó investigaciones en secreto no es algo nuevo en la historia, de hecho sabemos que lo hacía hasta con los propios miembros de la iglesia, lo que si llama la atención revisando esos papeles inquisitoriales es que entre ellos aparezca el nombre del exministro Jorge Fernández, concretamente aparece fechado en 1609 en base a un expediente de limpieza de sangre. Al parecer el Santo Oficio no se fiaba de los orígenes de Jorge Fernández.

Uno de los pocos jaleos que le faltaba por oír a Jorge Fernández es que fue investigado por la Inquisición, pero así fue en el siglo XVII

José Bono inventó el submarinismo

Está claro que las ideas de José Bono no dejan a nadie indiferente, a favor o en contra las declaraciones del expresidente del Congreso han creado no pocos titulares, pero ¿y si les decimos que su tocayo histórico inventó el traje de buzo?

Así al menos lo vemos en un expediente con privilegio de Felipe II sellado en Lisboa en 1582 para que José Bono Siciliano hiciese uso de “cierto ingenio” en América y España mediante el cual bajar al fondo marino y obtener perlas “y todas las demás cosas que halla en la mar”.

A la izquierda el José Bono del presente en un submarino y a la derecha la campana subacuática que inventó el José Bono del pasado

Como vemos hay dobles en la historia para todos los gustos, curiosamente en ocasiones son prácticamente antagonistas de sus tocayos actuales y en el caso de Susana Díaz es paradigmático, ya que sería extraño que la presidenta de la Junta de Andalucía tenga ganas de irse de Sevilla pero en 1581 otra Susana Díaz luchó para abandonar la capital hispalense.

Según los documentos de la Casa de la Contratación de Sevilla, Susana Díaz solicitaba permiso poder viajar junto con sus hijos Juan, Jerónimo y María a Veracruz donde ya vivía su marido. 

Susana Díaz también fue sevillana en el siglo XVI, ahora bien, sus aspiraciones eran bien distintas a las actuales

Podríamos seguir con una enorme lista, pero con estas pinceladas quizá sea suficiente. Para que luego digan que la historia no da qué pensar…