Daba pena oír por las ventanas el griterío de quienes animaban a La Roja con España a punto de ser intervenida; seguramente es gente que no le queda energía para protestar por nada. En nuestros tiempos era impensable ni siquiera proponer rebajas de sueldo o eliminar derechos sin una reacción social imprevisible; hoy se vota toros en vez de trabajo y se asume sin rechistar cualquier pérdida de derechos que perjudica no sólo a quien la sufre sino a quienes en el futuro van a tener que luchar para restituirlos, seguramente sus hijos o nietos.

Veo mi pasado, el de mis padres y abuelos, y creo que es hora de reivindicar lo que logramos hace décadas luchando contra otros padres y abuelos que no pudieron imponernos preceptos que ahora están logrando sus hijos con el apoyo de la Brunete especuladora internacional. Unos modernos Cien Mil Hijos de San Luis vienen en socorro de brokers y mangantes nacionales imponiendo un Nuevo Orden internacional incompatible con nuestros logros históricos.

Fue un socialista, Largo Caballero, quien fijó legalmente y por primera vez en siglos conceptos como las ocho horas, el salario mínimo, las vacaciones pagadas y el germen de la Seguridad Social y Seguro contra el paro modernos. Los socialistas hicieron de motor dentro de un Gobierno republicano multipartito, presidido por un señor de derechas como Alcalá Zamora, el más fecundo de la Historia de España, capaz de aprobar 315 leyes esenciales inaugurando una senda social que ni siquiera Franco fue capaz de eliminar en su totalidad.

Hoy, los Cien Mil Hijos del Mercado, sin necesidad de invadirnos físicamente están acabando con aquellas conquistas; quieren implantar un Sistema donde no cabe el Ser Humano. Me rebelo reclamando nuestra Historia y la labor de la Izquierda, esa que hoy atacan los mandados de “Los Mercados” con un interesado “Todos son iguales” que lleva a asumir conceptos fascistas como ese de que sobran representantes populares elegidos democráticamente e Instituciones básicas para la Democracia.

Miles de socialistas y gentes de izquierdas murieron por todo lo que hemos tenido hasta ahora; o despertamos reivindicando nuestra propia historia y señas de identidad personal o seremos barridos junto con aquella obra, la que millones de jóvenes de los 70 pusimos en pie como pudimos, con muchos defectos, sí; pero infinitamente mejor que lo que los Cien Mil Hijos nos quieren imponer.  Añoraremos aquella Europa socialdemócrata, nuestra auténtica meta y no la Europa de Frau Fronkonstein, la de la Selva Negra especuladora e inhumana.

Matías Alonso Blasco es coordinador del Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica (Fundació Societat i Progrés)