Hace dos años, aproximadamente, tuve un alumno con el que mantuve largas conversaciones sobre el sistema democrático y sus imperfecciones. Decía este discípulo, ahora matriculado en políticas, que Cataluña algún día abriría "el melón" de la independencia para convertirse en el nuevo "paraíso fiscal europeo". Al principio me costaba compartir sus reflexiones porque no había indicios para sostener lo que decía. Hoy, sin embargo, con la "cuestión catalana" como tema candente en todas las portadas nacionales, recuerdo las palabras de Paco (nombre ficticio) y, la verdad sea dicha, pienso que quizá tuviera razón. En otra ocasión hablamos sobre los recortes drásticos que hacía Rajoy durante los meses siguientes a su victoria, allá por febrero del 2012. Decía mi alumno que él había votado a la derecha "no por convicción, ni ideología sino por necesidad". Su situación era tan precaria que su fe "ciega" en las palabras electorales de Rajoy hicieron que se cambiara de chaqueta y votase, en contra de sus principios, al PP. "Cuando la izquierda te abandona en medio de la tormenta- se refería a ZP – es el momento de mirar a otro lado para encontrar a otros que te echen una mano", decía. Hoy, dos años después de aquellas sabias conversaciones, he recibido un Whatsapp de él, que ponía: "cuando Europa está por encima de las ideologías, no tiene sentido ni votar al PSOE ni al PP, porque, al fin y al cabo, todos están cortados por las tijeras de Merkel, luego mientras siga esta señora al mando del chiringuito seguiremos siendo, para desgracia de muchos, neoliberales".
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