Pero no nos equivoquemos, el enemigo no es Europa, el enemigo (lo he dicho en muchas ocasiones) es la Nueva Alianza Brutalista del Mercado: los ideólogos, los grandes especuladores y sus centros de poder económicos mundiales y los prestamistas. Que evidentemente los hay dentro de Europa, pero los núcleos más duros que conforman la Alianza están: en los ultraconservadores republicanos del Tea Party, en un sector muy influyente de los lobbys judíos, de Nueva York y Washington, en Wall Street y la city londinense, en las sociedades que gestionan los fondos de inversión desregulados (las hedge founds), en las agencias de calificación (Standard & Poor, Moody´s y Fitch, los policías de la alianza) y en la penetración que han realizado, de dirigentes y directivos, en el F.M.I., en el Banco Mundial y en los bancos centrales, especialmente el Banco Central Europeo y en los gobiernos europeos. Tanto es así, que esta Alianza a oscurecido y debilitado el poder que otrora tenía el Departamento del Tesoro americano. Y la prueba más palpable de su poder y su estrategia, perfectamente ideologizada y estructurada, es que ya ni en el mismísimo Presidente de los EE.UU. Barack Obama, les sirve para su modelo económico mundial. Dicen: “Obama quiere traer a EE.UU. el nefasto Estado del Bienestar Europeo”, porque el presidente quiere darle (entre otras medidas) cobertura de salud pública a 45 millones de estadounidenses, que carecen de ella y dependen de la caridad o tienen que esperar su muerte.

En las grandes crisis, encontramos las mayores oportunidades de regenerar nuestro camino hacia una Europa Unida y solidaria, con un modelo económico y social y una vía democrática para su consecución. No pongamos los cánones dialécticos contra nuestros hermanos europeos. Alemania y la Sra. Merkel tendrán que comprender que si cae la periferia europea, se hunde con nosotros y todos tendremos que comprender que la regeneración no es sólo de los Estados, sino de la misma sociedad europea. Europa, sólo Europa es la alternativa, no hay más. Las fuerzas emergentes en EE.UU. las políticas y las económicas (de viejo y nuevo cuño) están en una ofensiva ultraliberal, y marcan y ponen estrategia y contenido, al Nuevo Mercado. Los países emergentes crecen financieramente y económicamente, pero no lo hacen socialmente, disminuyendo sus desigualdades. Es más, en muchos de estos países se hace sobre las espaldas de millones y millones de sus ciudadanos explotados.

Sólo nos queda Europa, pero una Europa que reinicie sus cimientos, sobre tres bases, Alianza, integración y cambio. Alianza de los Estados Europeos, con sus sociedades, para que la cuesta la subamos todos. Esta crisis no se levanta sólo con decretos leyes, sin el concurso de cientos de millones de europeos, la fractura se irá ampliando y no sabemos dónde podemos llegar. Integración sí, más Europa Unida. Porque en estos tiempos de zozobra, creo que los ciudadanos europeos, percibimos con total nitidez que la Unión hace la fuerza. Comencemos a soldar en la política, lo que tuvimos que hacer hace 15 años, un Estado Federal Europeo, que seguro, seguro, no permitiría un bloqueo financiero y económico (sí, es la nueva modalidad de bloqueo que se ha inventado el nuevo mercado), a los países periféricos del Eurogrupo (nos tienen que escarmentar). Y finalmente, un cambio. Lo primero volver a la democracia en Grecia e Italia, ¿Qué es eso? Que dos banqueros dirijan a dos países sin tener el respaldo de sus ciudadanos en las urnas. Segundo, los cambios de gobiernos que llegarán a varios países europeos, especialmente en Francia y Alemania, que salgan dirigentes que crean en una Europa Unida y que un camino diferente es posible en Europa. Y tercero, en los países donde hay gobiernos democráticos, elegidos en las urnas. Como por ejemplo, España, pero que su base social se resquebraja, por los ajustes. Que piensen en la posibilidad de gobiernos de concentración (los españoles cuando aún no podían gobernar las fuerzas democráticas,, en los últimos años del Franquismo, fuimos capaces de unirnos: la izquierda democrática, el centro democrático y la derecha democrática).

Sé que muchos no pensaran así, pero me dolería tremendamente que la fuerza y las ideas devoradoras del Nuevo Mercado, hiciesen con el gobierno elegido democráticamente por los españoles, lo que han hecho en Grecia e Italia. Yo soy progresista, no soy conservador, pero soy un demócrata, y tengo hijos y nietos, y quiero para ellos y para todos los jóvenes y niños de hoy un mundo mejor para el mañana.

Juan Ceada es filósofo y escritor. Fue alcalde de Huelva por el PSOE entre 1988 y 1995