¿Habrá un antes y un después con su programa “cierto y veraz”? Rubalcaba pretende “escuchar, hacer y explicar”, tres cosas que siempre convienen y que no han brillado a la altura de las circunstancias durante este tiempo de inmersión en las aguas de la crisis.

La responsabilidad de los bancos en la concesión de hipotecas arriesgadas, los sueldos de los directivos del sector financiero, la posible subida de impuestos a las rentas altas o la sensibilidad ante las propuestas de los indignados del 15-M esbozan algunas de las materias de un programa electoral que adquirirá más cuerpo a partir de la conferencia política del 30 de septiembre y del 1 y 2 de octubre.

Salir al paso de los problemas de la ciudadanía con eficacia, progresismo, credibilidad y alejándose de la crispación es la única forma de que el PSOE sume votos. No será fácil dadas las contradicciones y la coyuntura, pero ahí está el reto del veterano Rubalcaba. ¿Se puede obtener un triunfo? ¿Simplemente se aspira a una dulce derrota?

El ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, contribuye a reforzar el “giro” al hablar de los salarios de los banqueros, del reparto de beneficios y de los sueldos del fútbol. O el ministro de Fomento, José Blanco, al apuntar hacia esa subida de impuestos a los más fuertes pese a la negativa actual de la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía, Elena Salgado. Y ello en aras de pedir ahora austeridad a todo el mundo y de conseguir un equilibrio que estimule el crecimiento.

“Crecimiento insuficiente”, según el informe del BBVA. Reclama un cumplimiento riguroso y estricto del gasto público, especialmente entre las Comunidades Autónomas, y constata el débil mercado laboral. Como dice el presidente de esta entidad financiera, Francisco González, el impuesto a los sueldos de los banqueros no es lo “prioritario” para salir de la crisis económica. Bien. Pero sí es necesario al igual que aquello que ofrezca dosis de equidad. El supuesto “ataque” a los ricos queda muchas veces en anuncios circunstanciales para llamar la atención. Y de ahí no pasa.

Sabemos que intelectuales españoles abogan por reconstruir la izquierda aprovechando la movilización popular del 15-M contra el descrédito de la política y las amenazas de los poderes financieros. Es decir, la ley del egoísmo y del sálvese quien pueda.

Solicitan la búsqueda de un consenso para crear una ilusión compartida, rechazan la corrupción democrática, las presiones antisociales y la degradación de los derechos y de las condiciones laborales. El compromiso cívico requiere bases sólidas, que huya del acomodo y de la injusticia. Aunque sea un proyecto a largo plazo.

El candidato oficial a las elecciones de 2012, Alfredo Pérez Rubalcaba, destaca que la democracia pertenece a los ciudadanos. Rescátese pues de las garras que la secuestran con lo que eso necesita dentro de lo que cabe. Defiende la innovación, como forma de competitividad y de creación de nuevas empresas, o que la banca ayude a crear trabajo cuando el sector financiero esté saneado. En fin. Rubalcaba resiste y es inteligente.

Marc Llorente es periodista y crítico de espectáculos