Pensábamos que volver a las clases de 42 alumnos en bachillerato o 36 en la ESO, o que no tener grupos flexibles en Inglés o en Matemáticas, o que disminuyan gravemente las becas para libros de texto y de comedor (ya saben, el asunto de las tarteras, que al Sr. ministro le parece un problema anecdótico), o tantas y tantas novedades eficientes que nos propone, se debían a los recortes en los presupuestos y empeoraba la prestación, pero no, no es por eso, sino porque así es más eficiente el sistema. Es obvio que el sistema educativo es más eficiente cuando cada docente atiende este año a una media de siete grupos (normalmente de distintos niveles y materias) y en torno a 250 alumnos y alumnas.


Pensábamos ingenuamente que la eficiencia educativa consistía en lo mejor para todos (o para los más posibles) y ahora resulta que simplemente es atender a más alumnos utilizando cuantosmenos recursos mejor.


El presidente Rajoy estará muy satisfecho teniendo un ministro tan eficiente. Sí.


Jesús Pichel es filósofo