En EEUU, la amenaza de las revoluciones obreras europeas es tamizada por el océano atlántico y los propósitos de Estado de Roosevelt (que envueltos en una causa común de país, más que como lucha de clases) provocan que la acentuación social americana no logre equipararse a las valiosas conquistas continentales. Sanidad universal, unas relaciones laborales a la Europea, o pensiones del régimen general, no fueron nunca contempladas allí. Pero la debacle comunista se confirma y el Muro cae en Europa. Sin enemigo ni amenaza que desafíe al capitalismo, es el momento de eliminar todas aquellas concesiones con las que hubo que transigir. Se trata de la vuelta a la nada. Del regreso al feudalismo y al orden natural que nunca se debió perder. Se busca sencillamente estrangular toda la conquista de derechos adquirida por el hombre a sangre y fuego durante los últimos 200 años. En apenas 20 han recorrido la mitad del camino y ya van para bingo.
El premio Nobel Joseph Stiglitz escribió hace unos meses, un artículo de marcada resonancia en Vanity Fair, "Del 1%, por el 1%, para el 1%". En él Stiglitz explica cómo el egoísmo inteligente empieza también por saber preservar el bien general. Si las elites son astutas, la manera de seguir garantizando su dominio y privilegios, es seguir haciendo "soportable" la vida del 99% restante. Por el contrario, el neoliberalismo parece haber instaurado como un siniestro Robin Hood, el derecho a robarle al pobre para dárselo al rico. Y es que hay quien no comprende que la indignación no deja de ser aún, con toda su gravedad, un estado de humor; la antesala previa a la desolación. ¿Qué ocurrirá cuando las muchedumbres no se conformen con rodear parlamentos? ¿Cuando los más desesperados, busquen amparo en las algaradas con el fin de poder llevar algo a casa? En palabras de Stiglitz, el entendimiento por parte del 1% de que su destino está inevitablemente ligado al de cómo viva el 99% restante, es algo que desgraciadamente, han demostrado siempre comprender demasiado tarde.
Alex Vidal es licenciado en derecho, escritor vocacional y autor del blog Crónicas de la Razón Práctica