En una temporada en la que hemos visto muchas luces y, seguramente más sombras, nos encontramos con un final de la primera mitad que pretende ser muy impactante, pero es inevitable pensar que volvemos de nuevo a la línea de salida. Todos los planes que Rick daba por seguros, se han ido al garete y una vez más vuelven a estar delante del cañón y no empuñando la pistola.

El capítulo hace un recorrido por cada uno de los grupos desperdigados que tenemos en The Walking Dead, y vemos como uno tras otro van cayendo en las redes de Negan. Bueno, si pero no. La serie nos manda el mensaje a los espectadores de que no está todo perdido. Aunque el puño de hierro del dictador-salvador es pesado y golpea fuerte, Rick y los suyos saben que a peor no va a ir la cosa, así que deciden hacer un “todo o nada” y un poco a la desesperada, pero con el espíritu que les caracteriza, se escabullen de una forma u otra para no rendirse.

Rick es el primer sorprendido de lo que les está sucediendo, que además enlaza con el buen final que nos dejó el episodio siete. Es increíble que aún no haya aprendido que los planes no siempre salen bien. Y lo que parece aún más asombroso es su cara desencajada al ver la espantada de los chatarreros. Se entiende que la medida era necesaria y arriesgada, pero no te puede sorprender que acabe así. Pero Rick simboliza todo lo que este grupo desprende y no se iba a quedar mirando. Asumiendo que las cosas no se le han puesto de cara que digamos, su primer impulso es ir a por los suyos. Allí se encuentra con un impaciente Negan y una sedienta Lucille, que le esperaban con muchas ganas. A pesar de sus amenazas, Rick se enfrenta a él, dejándole bien claro que no espere una elaborada y reconfortante disculpa, pues no se la sacara ni a batazos.

“Quedan 2 minutos. Pensad bien. Quiero unas disculpas memorables. Doy puntos extras a la creatividad. Pensad un poema, escribir una canción… esas cosas me encantan.”

— Negan

Una extraña pareja de viaje como son Aaron y Enid se embarcan en la difícil tarea de convencer a las mujeres de Ocean Side de que se unan a su cruzada contra “Los Salvadores” con la premisa de no asustarlas. Obviamente el plan no sale como esperaban y se antoja muy complicada la negociación después de matar a la abuelita antes de siquiera decir “Hola, buenas tardes”.

Tras contagiarse del acierto de Rick, a lo que a planes se refiere, el grupo formado por Daryl, Tara, Rosita y Michonne parece que huye de Alejandría cuando el asedio de Negan comienza su cuenta atrás. Este escuadrón un poco Kamikaze decide hacerle una emboscada a la retaguardia de “Los Salvadores” con la inestimable colaboración de su agente doble, Dwight. El cual recibirá un tiro en el brazo y perderá su tapadera. Una baza menos para los buenos.

A los de Hilltop les pilla en travesía. Maggie se ve obligada a presenciar una ejecución en vivo, y al menos dar la impresión de que sucumbe a Simon (Esbirro nº1). Luego una vez asimilado que la balanza ya no está tan de su lado, decide tomar una de esas decisiones que te define como líder, o no. Ejecuta a un prisionero y manda un mensaje muy directo a sus rivales. Así la “Viuda” avisa de que las cosas no están tan claras como ellos creen.

“Los Salvadores han matado a uno de los nuestros. No estamos en paz pero algo es algo.”

— Maggie

También vemos el resurgir de un rey caído. Ezekiel por fin reacciona y pone fin a su duelo para poner en jaque al último grupo perseguidor de la Alianza de las tres ciudades. Consigue enfadar a Gavin (Esbirro nº 2) y distraerle lo suficiente como para que el resto del reino huya y él como héroe que debía ser, se quede para sacrificarse por los suyos. De esta manera consigue esa redención que buscaba para paliar el pesar que le supone la muerte de su pequeño ejército.

Tenemos unos minutos para ver un atisbo de conciencia en Eugene, principal culpable de la aparente derrota de sus ex-compañeros, que no amigos. Este personaje que vive en un filo constante entre la cobardía, la conciencia, la supervivencia y la osadía. No es capaz de decantarse por ninguna de ellas y por eso salta entre una y otra sin parar. Sin embargo, le guste o no y para bien o para mal, es evidente que su papel en esto es y será crucial para el desenlace final. Quién lo iba a decir ¿verdad?

“Si algo importa, se hace algo. No solo esperar, hay que hacer más.”

— Carl Grimes

Y finalmente, el que seguramente ha sido el más protagonista del episodio. Carl, que lleva un tiempo deambulando por la serie sin un rumbo fijado, se pone en el disparadero, no metafóricamente, para cubrir ese peaje que toda gran batalla te obliga a pagar. La triste muerte de uno de los buenos. Además en el caso de una serie como The Walking Dead, que ya ha vivido esta situación muchas veces, se sabe que no vale uno cualquiera. Debe ser un personaje a la altura de la ocasión. Una batalla épica contra el peor villano visto hasta la fecha se merece a uno de los más veteranos de la serie. Encima uno en el que veíamos reflejado el sucesor del líder supremo Rick, pero que seguramente ya no veremos jamás en ese puesto.