Pocos pintores resultan tan llamativos como el milanés Giuseppe Arcimboldo. Sus pinturas pasan de ser bodegones a retratos si los giramos 180 grados, y sus cabezas compuestas con frutas de tal o cual estación acaban siendo la personificación misma de las distintas épocas del año.

Así pintó, las estaciones, los cuatro elementos, oficios y personajes mitológicos, y son precisamente esos de los que nos vamos a ocupar hoy. Dos enigmáticos cuadros representando a la diosa Flora y a la Flora meretrix.

Las cabezas compuestas como esta de un bibliotecario le valieron gran fama en su época y fueron todo un referente para pintores del siglo XX como los cubistas y los surrealistas

Las cabezas compuestas como esta de un bibliotecario le valieron gran fama en su época y fueron todo un referente para pintores del siglo XX como los cubistas y los surrealistas.

Por un lado está la madre de las flores y creadora de los colores en la naturaleza tal como nos cuenta Ovidio, y por otro una legendaria prostituta romana en cuyo honor se establecieron las floralias, unos festejos procaces y lujuriosos que escandalizaron al escritor cristiano Lactancio, pero que regocijaron a Marcial y a Ovidio.

Con el tiempo ambas Floras se entremezclaron y llegado el Renacimiento solo los intelectuales de cierto nivel sabían distinguirlas. Uno de los que conocía bien esas diferencias era nuestro protagonista de hoy, Arcimboldo.
 

La diosa Flora y Flora meretrix pintadas por Arcimboldo

La diosa Flora y Flora meretrix pintadas por Arcimboldo.

Cuando Giuseppe Arcimboldo pintó las Floras vivía cómodamente en su Milán natal, cobraba una pensión vitalicia y había recibido un título nobiliario de su mayor mecenas, el archiduque de Austria, Rodolfo II.

La relación entre ambos continuó y la prueba evidente son estas dos pinturas más otra, el Vertumno, otro ser mitológico clave en toda esta historia. Se sabe que de este trío de retratos, el primero fue la diosa Flora (pintada en Milán en 1589), que llegaría a manos de Rodolfo II en el Año Nuevo de 1590.

En ese siguiente año pintó a Vertumno, (un dios vinculado a los cambios y al que se le atribuía la maduración de los frutos) y finalmente en 1591 concluyó el grupo con la Flora meretrix.

La llegada de estos cuadros, en especial los dos primeros, causaron sensación en la corte e incluso se publicó un libro sobre el tema: “Al invictísimo César Rodolfo Segundo, composición sobre los dos cuadros de Flora y Ventunno, hechos a su sacra magestad por Giuseppe Arcimboldo milanés”.

En este libro colaboró el poeta Giovanni Filippo Gherardini, amigo cercano de Arcimboldo quien fantaseó un diálogo entre Vertumno y Flora donde claramente coqueteaban y mantenían una relación sentimental. Ahora bien, Gherardini se estaba saltando con ello todos los preceptos mitológicos ya que Vertumno y Flora nunca fueron amantes.

Lo sorprendente del tema, es que a día de hoy, nadie duda que algunos de estos cuadros de Arcimboldo escondían retratos de personas reales. Así el bibliotecario sería Wolfgang Laz, el jurista Ulrich Zasius y por supuesto Vertumno el mismísimo emperador Rodolfo II.

En el caso de que una mujer real se esconda tras las flores que pintó Arcimboldo habría una pista de la que tirar: Los retratos de cortesanas, un subgénero que representa a prostitutas del más alto nivel (como Verónica Franco o Ángela Moro) quienes posaron ante pintores como Tiziano o Tintoretto. Curiosamente este último pintó por las mismas fechas que Arcimboldo a una de estas mujeres bajo el título de Flora.

Por si esto fuera poco, la Flora meretrix de Arcimboldo comparte gesto con estos retratos en los que ellas muestran el pecho y por lo tanto deja poco lugar a la duda de que tras las flores de Arcimboldo estuviese una amante de Rodolfo II.

De ser así, la más probable candidata sería Ana María Strada, la joven nieta del anticuario real Jacopo Strada, la cual por aquel entonces tendría 20 años. Rodolfo nunca se casó y tuvo amantes a raudales pero solo reconoció a los hijos habidos con Ana María y el título nobiliario que otorgó a esta amante hacen pensar en una evidente preferencia por ella, dentro de lo cual tendrían sentido los cuadros de Arcimboldo y los comentarios a estos que hizo su amigo Giovanni Filippo Gherardini, aludiendo las molestias que siente la diosa cuando le confunden con una prostituta.

Es Ana María Strada, también conocida como o Ana Maria Stradová y Catalina Strada la modelo para los cuadros de Flora

¿Es Ana María Strada, también conocida como o Ana Maria Stradová y Catalina Strada la modelo para los cuadros de Flora?