Es la otra gran risa en la que andan las redes sociales. Porque se supone que tenemos a un rey que reina, pero no gobierna y, como es sabido, tiene una agenda supervisada por el Ejecutivo y que debe pactar sus discursos de contenido político con Moncloa. Es fácil imaginar la situación en la que se va a ver Felipe VI teniendo que hacer el balance del año y sus deseos para nuestro futuro a menos de doce horas de que se abran las urnas. Bueno, en realidad no es tan fácil.

Resultado, como decimos, se ha convertido en la otra broma favorita de las redes sociales. Algunos imaginan la situación así:

Aunque la verdad es que como sería la jornada de reflexión ese adorno navideño sería ilegal. Dato este, el de que es jornada en la que no se puede legalmente hablar de política, que no ha pasado desapercibido para los tuiteros, los famosos y los seres de carne y hueso: 

Pero más allá del discurso hay quienes, no sin cierta maldad, piensan en el bienestar del monarca:

Incluso están aquellos que piensan en la situación y en ellos mismos... Y empalidecen, aunque disimulan: