El 2 de diciembre de 2018, Vox daba la sorpresa en las elecciones andaluzas y conseguía 12 escaños que permitían al Partido Popular y Ciudadanos​ presidir la Junta. Más de un año después, la extrema derecha no para de subir en nuestro país, los de Santiago Abascal ya son tercera fuerza política y no parecen haber tocado techo todavía.

En siete meses, Vox prácticamente ha aumentado exponencialmente sus resultados, cosechando la friolera de 52 escaños (el 28 de abril cosecharon 24), llevándose por delante a Ciudadanos (diez escaños) y superando también claramente a Unidas Podemos (35). Además, han sido el partido más votado tanto en la Región de Murcia, como en la ciudad autónoma de Ceuta. Aupados por un mensaje populista, el discurso de odio hacia el diferente de la formación ultraderechista ha cautivado a más de tres millones de personas, con todo lo que ello conlleva.

Un ascenso en el que mucho han tenido que ver azules y naranjas. PP y Ciudadanos optaron por blanquear a la extrema derecha, pactando con ellos en diferentes regiones para gobernar. Les facilitaron la entrada a las instituciones, y Vox ha aprovechado este regalo haciendo más y más fuerte.

"Hace muy poquito tiempo no teníamos representación en ninguna institución. Solo hace 11 meses de eso. Hoy somos la tercera fuerza política de España con 52 diputados, logrando ser quienes más suben en votos y en escaños", afirmaba un eufórico Abascal ante un centenar de simpatizantes de Vox rendidos. 

"Nosotros representamos a toda la nación. Se ha consolidado una alternativa patriótica que demanda restauración del orden constitucional, la igualdad de todos los españoles que acabe con el liberticida estado de las autonomías, que demanda libertad frente a la dictadura progre, fronteras seguras y una defensa de la familia y de la vida frente al relativismo", sentenciaba.