Ya es oficial. No habrá nuevas elecciones en Murcia. Fernando López Miras ha recabado los apoyos necesarios de la Cámara para ser investido como presidente de la Región. Esta elección consuma el abrazo de Ciudadanos con la extrema derecha pues, para que esto haya sido posible, los de Rivera han tenido que dar el visto bueno al documento de Vox.

Las tres derechas han consumado su unión oficialmente. Ciudadanos ya no tiene ningún resquicio argumentativo para eludir su pacto con Vox, como hiciera en la conformación de gobierno en Andalucía. En este caso, los de Rivera siempre mantuvieron que era el Partido Popular quien había alcanzado un acuerdo con la ultraderecha y no ellos. 

Esta vez es diferente. Tanto PP como Ciudadanos dieron su visto bueno al documento que les trasladaron desde Vox para hacer factible la presidencia de López Miras y sustentar a la derecha en el gobierno murciano. A efectos prácticos, Murcia se convierte en la segunda comunidad autónoma con un Ejecutivo que se sustenta al calor de los tres partidos del espectro diestro. 

 

"PP, Ciudadanos y Vox hemos armonizado nuestros intereses", reconocía Joaquín Segado, portavoz del Grupo Popular, durante la investidura. "Hemos tenido que hacer frente a los problemas propios de diálogo entre diferentes, pero se ha abierto camino un escenario político distinto", celebraba el conservador desde la tribuna. 

La candidatura de Fernando López Miras ha obtenido 26 votos a favor (PP, Ciudadanos y Vox) y 19 en contra, que se corresponden con los 17 socialistas en la cámara regional y los dos de Podemos-Equo.

 

Sin excusas para Ciudadanos

El discurso que mantuvo la formación naranja tras entregarle el Gobierno de Andalucía a Moreno Bonilla se basaba en que Ciudadanos tan sólo se limitó a negociar un Ejecutivo con los conservadores. Sin embargo, este argumentario ya no les sirve para justificar su acuerdo a tres. 

Rivera ha vuelto a pactar con la ultraderecha, pero esta vez con luz y taquígrafos. Una fórmula que, por cierto, podría repetirse en Madrid, aunque la situación en estos momentos es de desacuerdo total entre liberales y ultras. 

El líder de Ciudadanos ha llegado a acuerdos de Gobierno con la extrema derecha, pero continúa enrocado en el 'no es no' a Pedro Sánchez. Ni siquiera han abierto la puerta a una posible negociación con los socialistas a nivel nacional ni, por supuesto, a escala regional como podría ocurrir en Madrid y como se le ha ofrecido desde el PSOE