El debate de la televisión pública ha llegado a su fin. No sin antes dejar claras las posturas, evidenciar las diferencias entre las partes y servir a los electores, principalmente a los indecisos, para ir limando sus pensamientos de cara a los comicios del 28 de abril.

Seis fuerzas políticas invitadas. Las seis que han tenido grupo parlamentario propio en la legislatura que dejamos atrás: Cayetana Álvarez de Toledo por el PP, María Jesús Montero por el PSOE, Irene Montero por Podemos, Inés Arrimadas en Ciudadanos, Gabriel Rufián defendiendo a ERC y Aitor Esteban haciendo lo propio por el PNV.

Toda una serie de colores y de opciones que, como no podía ser de otra forma, han aprovechado para dar forma a su postura y sus aspiraciones. Ha sido bronco, difícil de manejar, con interrupciones constantes y una sensación agridulce para el elector que quería conocer propuestas por encima de presenciar una contienda dialéctica.

Se han encendido las luces del plató y han volado las primeras espadas. El minuto de presentación ha sido suficiente para ver lo aguerrido de las posturas, especialmente la adoptada por la candidata popular. Las cuentas claras y las líneas de ataque sobre el papel: Cayetana Álvarez de Toledo, al igual que Inés Arrimadas, ha querido hacer hincapié en las concesiones del Gobierno de Sánchez con los independentistas. 

Por su parte, María Jesús Montero ha arrancado cauta, evitando el cuerpo a cuerpo, manteniendo distancias, sabedora de que un traspiés podía reducir su ventaja. A su lado, no solo orgánico, Irene Montero se ha mostrado firme: "Si gobierna la derecha vamos a ir a peor y se van a cuestionar derechos que hasta ahora estaban asentados”. Claro guiño a izquierdas para empezar dejando las posiciones claras.

Por último, tanto Gabriel Rufián como Aitor Esteban han pedido que no se utilicen sus regiones para hacer política de forma despectiva, como arma arrojadiza. El candidato de ERC se ha acordado de Junqueras a la par que atizaba a Ciudadanos por tener como seña identitaria la aplicación del 155.

Economía: fiscalización progresiva contra bajada de impuestos

El primer bloque ha sido el económico. Mientras las derechas llamaban a la reducción del paro y de los impuestos, la izquierda, encabezada principalmente por Podemos y ERC, cargaba contra las altas esferas y la diferencia de clases existente en nuestro país: “Amancio Ortega, Ana Patricia Botín y Juan Roig acumulan el mismo dinero que 15 millones de españoles", ha explicado Rufián, ejemplificando la tesis de su argumentario. Misma línea que la defendida por la dirigente de Podemos, Irene Montero, y la ministra de Hacienda socialista, María Jesús Montero. "El IBEX 35 recibe 100 mil millones de euros en créditos fiscales de forma anual", ha alegado Irene Montero en un ejercicio de comparación similar al esgrimido con anterioridad por Rufián. 

Momentos de tensión se han vivido con el rifirrafe entre las dos principales fuerzas políticas. Tanto que la dirigente socialista y la popular han mantenido una fuerte riña dialéctica: "El dinero público es de todos, el milagro económico del PP está en la cárcel", ha recalcado María Jesús Montero.

Por su parte, Inés Arrimadas ha pedido que se luche por los autónomos para hacer de España el mejor país posible para formar una familia. Aitor Esteban ha pedido defender la fiscalidad de Euskadi y apostar por luchar contra el paro juvenil.

Sin embargo, si algún minuto final quedará en los archivos será el de la número dos de Podemos: "Si alguien les dice que no se puede, acuérdense de los pensionistas y de la subida del SMI. Porque, desde luego, se pueden tomar medidas sociales". 

¿Un silencio es un no? La pregunta que ha monopolizado el debate social

Ha tardado un minuto en monopolizar el debate con sus afirmaciones. Cayetana Álvarez de Toledo ha cargado, de forma errónea, contra el PSOE y su perspectiva de género. "Un silencio es un no? ¿De verdad van ustedes diciendo sí, sí, sí...?", ha preguntado la popular.

Un comentario que le ha valido la réplica inmediata de Gabriel Rufián, que le ha pedido que recapacitara, y de una Irene Montero que no se creía lo que acababa de escuchar : "Como gobierne la derecha (...) cuando te violen, vendrá una mujer como Cayetana Álvarez de Toledo a decirte: 'No es para tanto, yo no digo que sí hasta el final'". También la candidata socialista ha interpelado a Álvarez de Toledo, explicando detalladamente el concepto de feminismo: "No es lo contrario del machismo". 

Pero la representante del Partido Popular no ha cesado: "Ustedes van acusando de justificar violaciones a todo el mundo. Las mujeres no somos víctimas de nacimiento, ni los hombres son violadores por instinto. No somos un bloque monolítico". Además, ha aclarado que no descarta denunciar a Irene Montero tras el debate por acusarla, de forma directa, de justificar violaciones. 

Fuera de este charco, Gabriel Rufián ha sorprendido con varias propuestas de su partido: Un SMI de 1200 euros, que nadie en una misma empresa pueda cobrar 12 veces más que el que menos remunerado esté y permitir el voto a partir de los 16 años. 

PP y Ciudadanos han optado por cargar contra las duplicidades, copiando a Vox el ya famoso término "chiringuitos". Además, Arrimadas ha pedido un pacto nacional en materia de educación y de pensiones. 

Aitor Esteban, mucho más distendido que sus rivales, ha sacado pecho de la gestión realizada en Euskadi y ha pedido al resto que no propongan medidas en estas elecciones que son de competencia autonómica simplemente para sacar votos. 

Cataluña y Villarejo

"Cuando éramos un 14% éramos empáticos. Cuando el 80% salió a la calle para protestar por la salvajada cometida el 1-O, nos llevaron a la cárcel. Vieron que podíamos ganar y nos difamaron y prohibieron", ha arrancado un aguerrido Gabriel Rufián.

"Una auténtica barbaridad que haya siete chavales de Alsasua en la cárcel por un tobillo roto, por una pelea de bar. Todo el mundo sabe que si esos chavales fueran de otro sitio estarían en la calle. Mientras tanto, cinco violadores viven en sus casas y nueve demócratas encerrados", ha continuado el dirigente de ERC. Una entradilla para preguntar, de forma directa, lo siguiente a la candidata del Partido Socialista: "Si no van a pactar con nosotros y nos piden que no aportemos nuestra solución al conflicto. ¿Pactaréis con Ciudadanos y aplicaréis el 155?"

Irene Montero, en cambio, ha querido redirigir el debate a los mazazos recibidos por su formación: “Hay que hablar de los trabajos del comisario Villarejo y la policía patriótica para alterar el resultado de unas elecciones. Hay que acabar con las cloacas del estado. Ni PP ni PSOE van a poder hacerlo, porque les gusta mucho utilizar estos servicios. El objetivo era que los ciudadanos votasen bien. Era mejor fabricar pruebas falsas que dejar que votasen a Podemos". Además, viendo el ruido que se estaba generando en torno al conflicto independentista, ha pedido al resto de líderes que dejen de sobreactuar. 

Por su parte, Inés Arrimadas y Cayetana Álvarez de Toledo han vertido ataques con fiereza contra Pedro Sánchez por ceder ante el independentismo. Argumento esgrimido hasta la saciedad por parte de las dos líderes de la derecha para atacar al Presidente del Gobierno por su negociación en Pedralbes. "¿Le van a dar más competencias a Torra y a Puigdemont para acabar de perpetrar el golpe de estado?", ha preguntado Arrimadas a María Jesús Montero. 

Aitor Esteban, cansado de los ataques, ha pedido pedagogía y diálogo de forma incansable: "Hay dos comunidades que se sienten propias. Euskadi y Cataluña tienen un sentir nacional propio".

Una batalla campal donde la moderación ha estado encarnada por el dirigente vasco y la búsqueda del barro por parte de Cayetana Álvarez de Toledo. Arrimadas, demasiado concentrada en algunos temas, ha dejado escapar un valioso tiempo en muchas partes del debate para presentar su proyecto de país. María Jesús Montero tampoco ha brillado, aunque ha conseguido salir del paso contestando y desmintiendo cada ataque que recibía desde el resto de bancadas.

Por su parte, Rufián y Montero han sido aguerridos, aunque distintos. El líder de ERC, irónico, ha cargado a izquierda y derecha sin pudor. La dirigente morada, en cambio, ha centrado el debate en atacar a la derecha y pedir a la ciudadanía que confíe en un país de izquierdas y alejado de ideales propios de épocas pasadas.