Habrá ley de amnistía y saldrá con cambios en su redacción. El anuncio del acuerdo entre PSOE y Junts es inminente. Así se desprende de las palabras del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien en una conversación informal con los periodistas ha precisado que la medida de gracia saldrá adelante y lo hará con algunos retoques para ofrecer “más garantías” a todos los independentistas y en particular al expresident de la Generalitat y cabeza visible neoconvergente, Carles Puigdemont. El texto dará cobertura a todas las acciones vinculadas con el procés y a todos los implicados en él, aunque el jefe del Ejecutivo no ha arrojado luz sobre la fórmula elegida.

La “fase de órdagos” a la que se referían fuentes socialistas en los pasillos del Congreso este martes parece haber llegado a su fin. La ley de amnistía está a punto de ser una realidad, salvo nuevo giro de guion independentista. Esta vez parece que sí saldrá adelante, aunque, para ello, la comisión de justicia debe empaquetarla en primer término para remitirla al pleno del Congreso. Los flecos se asumen ya prácticamente resueltos, a juzgar por las palabras del presidente del Gobierno en una conversación informal con los periodistas que cubren su gira por Brasil y Chile. El anuncio oficial del acuerdo es ya prácticamente tangible.

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El jefe del Ejecutivo ha sido cristalino en su valoración de la medida de gracia. Sánchez se ha referido al nuevo acuerdo, que se basa en un cambio de la ley de amnistía que ofrecerá “más garantías” a los independentistas y a Carles Puigdemont a título particular. La figura del expresident catalán, a quien el Tribunal Supremo decidió investigar por presunto delito de terrorismo, dinamitó el acuerdo que desembocó en el veto de Junts a su propio articulado en la votación del pasado 30 de enero.

Sánchez no ofrece detalles sobre la fórmula, pero precisa que ofrecerá "más garantías" al independentismo y a Puigdemont

Desde esa primera gran derrota, el Gobierno echó el todo por el todo en la negociación, conscientes de que la medida de gracia es la piedra angular de la legislatura. Sin amnistía, decae toda la acción política futura. De ahí, que finalmente se haya accedido a reformular la redacción del proyecto de ley para mantener dentro de su paraguas a todas las acciones del procés y a todos los implicados en el mismo, incluyendo a Puigdemont, punto de la discordia entre las partes en la primera tentativa. No obstante, pese a la proximidad del acuerdo, Sánchez ha guardado con recelo la fórmula escogida, aunque fuentes parlamentarias rechazaban que la solución pasara por retoques en el Código Penal.

Garantía constitucional

Pese a los cambios, Sánchez ha insistido en que la redacción anterior de la ley ya permitía amnistiar a todos los independentistas implicados en el procés, incluyendo al propio Carles Puigdemont y a Marta Rovira, investigados en la causa Tsunami. De hecho, todo el bloque de la investidura aceptó las condiciones del primer articulado, a excepción de Junts que se aferró a su desconfianza para justificar su rechazo inicial. Así lo cree el propio jefe del Ejecutivo. Ferraz y Moncloa aceptaron ensanchar el paraguas con sumo cuidado para que estas modificaciones no excedan las fronteras de constitucionalidad.

Sánchez: "Nunca he tenido ninguna duda de que estaban incluidos todos, pero si hay que reforzar las garantías lo hacemos"

El Gobierno siempre ha mantenido que la ley de amnistía no debería transgredir los límites que permite la Constitución, especialmente para eludir posibles represalias del Alto Tribunal y de la justicia europea. Sánchez ha abundado en que se cambiará para “dar más garantías” y ensanchar “más” los parámetros iniciales. “Nunca he tenido ninguna duda de que estaban incluidos todos, pero si tenemos que reforzar las garantías lo hacemos. Todos van a ser amnistiados, se van a cubrir todos los supuestos”, ha apuntalado el jefe del Ejecutivo ante los periodistas.

El presidente admite que el PSOE ha cedido a reformular cuestiones puntuales para que el expresident se sienta seguro de que, a pesar de los movimientos del Supremo por implicarle en la trama de terrorismo, esté bajo su protección. Tanto en público como en privado, no obstante, los socialistas advertían de que no iban a moverse ni un milímetro de su rechazo a incluir cualquier tipo de terrorismo en el proyecto de ley, dado que abriría la puerta a un veto de los tribunales europeos. Por tanto y a pesar de que no ha abordado la fórmula escogida, se ha encontrado una rendija que satisfaga los deseos de Junts y, al mismo tiempo, tranquilice al líder de los neoconvergentes.

Próxima parada: Presupuestos

En el horizonte, se vislumbran ya los Presupuestos. Sánchez tiene claro que es el próximo objetivo y que, para ello, es óbice que salga adelante la ley de amnistía. Toda vez se tramite el proyecto de ley, será el momento de las cuentas públicas, segundo escollo a sortear para terminar de apuntalar una legislatura que ha caminado a tientas en sus primeros 100 días. Especialmente tras el estallido del primer escándalo de corrupción en el seno del Gobierno con el caso Koldo desde que el secretario general del PSOE aterrizó en el complejo de La Moncloa.

Con la nueva redacción, por tanto, los PGE tardarían en llegar apenas unas semanas y despejará las dudas de la capacidad de resiliencia de Sánchez. Interrogantes que plantean desde la oposición, especialmente orientados a las cuentas públicas, donde el Partido Popular se guarda en el Senado su arsenal para torpedear al Gobierno con el veto perenne a la senda de déficit. Por ello, en virtud de la conversación del presidente con los periodistas, en Moncloa prevén entregar la cuchara en lo relativo a este ejercicio para centrarse en los de 2025. “Si podemos aprobar los de 2024, no vamos a esperar a los de 2025”, ha destacado.

Aún con el impacto del caso Koldo, el presidente confía en consolidar la mayoría de la investidura y apuntalarla hasta el final de la legislatura. No cree que este caso de corrupción, pese a que no desdeña su importancia, ponga en cuestión los cuatro años que le restan en Moncloa. “Todos los grupos que nos apoyan han mostrado su voluntad de dar estabilidad al Gobierno. Lo importante ahora es lograr ese pacto con ERC y Junts, que también quieren que la ley de amnistía se apruebe”, ha subrayado, dejando entrever su confianza para consolidar la mayoría a pesar de la “intoxicación” de la derecha.

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