Pese a que han comparecido Montoro, Báñez y Soraya Sáenz de Santamaría, el Consejo de Ministros ha tenido sólo dos protagonistas: José María Aznar y José Manuel Soria. Pese a que la vicepresidenta del Gobierno ha insistido en que la labor del Consejo se limita a “despachar asuntos” ordinarios al estar en funciones, y su empeño por hablar de las ayudas a parados de larga duración, los periodistas han bombardeado a los ministros con preguntas sobre el escándalo del recién dimitido titular de Industria y la multa al expresidente del Gobierno por sus trampas financieras.

Sáenz de Santamaría ha alabado hasta en media decena de veces el “ejercicio de responsabilidad” que ha demostrado Soria al dimitir; un gesto que “le honra”, ha llegado a decir. La vicepresidenta del Gobierno ha pedido “poner en valor su trabajo durante toda la legislatura”, ha alabado su trabajo al frente de Turismo porque ha conseguido “cifras históricas” y ha defendido su “presunción de inocencia”.

“Ha sido un buen compañero de Gabinete, ha cumplido como ministro”, ha añadido, asegurando que “ha ido mucho más allá y ha asumido responsabilidades políticas” al realizar un “ejercicio de responsabilidad que le honra para no perjudicar a su Gobierno, a su partido y a su presidente”. La vicepresidenta ha aclarado que, de momento, no se nombrará a un sustituto pero que, al no haber mucha carga de trabajo por estar el Gobierno en funciones, las tareas de Soria se repartirán entre las secretarías de Estado.

En cuanto ha visto la ocasión, Sáenz de Santamaría ha desviado el asunto hacia la oposición política. Primero, pidiendo “al resto de partidos” que sigan el ejemplo de “responsabilidad” de Soria y no insistan en pedir comparecencias en el Congreso, ahora que Soria ya no es ministro. Y, por otra parte, ha reclamado a Pedro Sánchez que, en vez de criticar la corrupción del PP, busquen soluciones juntos porque en su partido también tiene problemas. Y le ha exigido que entienda que “la mejor opción y la única que le quede es entenderse con el Partido Popular” y no se acerque a Podemos, como realizaron con la llamada “Ley 25”.

Sobre la multa de Hacienda al expresidente del Gobierno José María Aznar, Montoro ha tirado de argumentario y ha optado por la estrategia de dar la callada cuando las acciones de la Agencia Tributaria van contra los de su trinchera. El ministro de Hacienda se ha acogido a que la ley le “prohíbe por ley hablar de contribuyentes concretos” porque la “información tributaria es reservada y confidencial”.

Por su parte, Soraya Sáenz de Santamaría ha sido preguntada si piensa lo mismo de Aznar que cuando usó esta misma tribuna pública para reprochar a Juan Carlos Monedero que, “si todos los españoles hicieran lo que él, no se podrían pagar los impuestos”. Pero, en este caso, la vicepresidenta no ha citado nombres propios y se ha limitado a asegurar que todos los españoles tienen la obligación de pagar impuestos.