En su libro Juicio a Franco, Esparza, que ya buscó las simpatías de la extrema derecha con una obra contra Santiago Carrillo, aborda la figura del dictador con pretendida neutralidad para hacer juicios "negativos" y "positivos" de él, pero el balance no deja lugar a dudas sobre lo que pretende. Así, proclama que "Franco ha sido la personalidad política más decisiva del siglo XX en España" y ese es "el siglo de Franco" y "así debería ser recordado". "Porque la era de Franco representa, estrictamente, la incorporación plena de España a la modernidad", sentencia.

Algunas "valoraciones negativas"
Entre las "valoraciones negativas" figuran algunas críticas tan contundentes como que "desde una perspectiva monárquica, puede reprochársele no haber devuelto el trono a sus titulares una vez lograda la pacificación del país (pero hay que recordar que sus titulares abandonaron voluntariamente el país)", o que "desde una perspectiva democrática, puede criticarse que el régimen no se preocupara por establecer cauces para la participación política de los ciudadanos, ni siquiera bajo la forma –nunca bien asentada– de la democracia orgánica (pero cabe preguntarse, aunque duela, si acaso los españoles de aquellos años reclamaban masivamente tales cauces)". Pero va más allá Esparza: "Desde una perspectiva socialista o comunista, como es obvio, se podrá censurar a Franco por haber frustrado la experiencia revolucionaria del Frente Popular (pero cabe preguntarse qué sistema hubieran impuesto en España los socialistas y los comunistas de haber vencido en 1939). [...] Del mismo modo que, desde una perspectiva falangista, se ha afeado a Franco su abandono de la revolución pendiente (pero cabe preguntarse si aquella revolución pendiente estaba concebida de manera que pudiera plasmarse en una práctica objetiva y realista de poder)".

La II República, nuevamente culpable
Hasta aquí los reproches. de Esparza, ex de la COPE y ahora en Intereconomía donde comparte espacio y consignas ultras con Eduardo García Serrano. La lista de "méritos" y "aportaciones objetivas" se puede sintetizar en que "Franco contribuyó a resolver el tradicional 'problema de España'". Y es que "la II República fracasó trágicamente en el reto: no fue capaz de resolver la cuestión social sino por la vía violenta de la lucha de clases, no fue capaz de solucionar el problema regional sino mediante cesiones infinitas al impulso de la periferia, y no fue capaz de solucionar el problema político –doblado, por cierto, con la cuestión religiosa– sino mediante la aniquilación física del contrario".

"No oprimió violentamente a los españoles"
Además, según Esparza, "Franco no dio un golpe de Estado: se sumó a él en el último momento y cuando la sublevación ya estaba en marcha" y "no arrasó la legalidad republicana: ésta ya había sido desmantelada desde las propias instituciones de la República por el gobierno del Frente Popular, si no antes". Tampoco "instauró un régimen fascista" ni "oprimió violentamente a los españoles: excluido el periodo de la represión de la posguerra, la oposición a Franco fue tan minoritaria que no exigió grandes despliegues represivos".

"Como si nuestra democracia se avergonzara de sí"
Este comunicador denuncia que la imagen de Franco está "deformada" en España y lamenta que es "como si nuestra democracia se avergonzara de sí", lo que según él "tal vez explica esa descabellada operación, promovida por los gobiernos socialistas de Zapatero, de retrotraer el debate público ya no a 1978, sino a 1931".

"Un hombre al que las circunstancias llevaron a ser providencial"
Estos extractos del libro de Esparza, publicado por Libros Libres (editorial ultra también vinculada a Intereconomía), han sido difundidos por la web de Losantos, Libertad Digital, donde la obra también es reseñado elogiosamente. La reseña habla de "objetividad indiscutible del texto" y sentencia que Franco no era ni "un monstruo sanguinario" ni "un héroe con todas las virtudes" sino "un hombre al que las circunstancias llevaron a ser providencial en la España de la posguerra civil, que probablemente no hubiese soportado una participación en la Segunda Guerra Mundial, más allá de la simbólica División Azul".