Este domingo 22 de mayo ha tenido lugar una concentración contra el regreso de Juan Carlos I y la monarquía, convocada por casi treinta organizaciones de carácter antimonárquico, republicano, socialista y comunista. Entre la larga lista de convocantes, figuran Anticapitalistas, el Colectivo 26 de Julio, las Juventudes Socialistas de Madrid o las secciones madrileñas de algunos partidos de ámbito nacional, como el Partido Comunista de España e Izquierda Unida.

 

 

El motivo de las protestas se debía, principalmente, al regreso a España del emérito, pero tanto los manifiestos de la convocatoria como los asistentes a la misma han recogido también otras premisas. Las cuentas del emérito en paraísos fiscales, los regalos recibidos de la dictadura saudí, sus escándalos sexuales con la empresaria Corinna Larssen o la complicidad de la Fiscalía por cerrar todas las investigaciones han sido algunas de ellas.

Las voces del pueblo

Desde ElPlural.com nos hemos desplazado hasta el lugar del evento para hablar con algunos de los manifestantes. En el ambiente de la plaza de Ópera, en la que se han aglutinado aproximadamente un millar de personas, se podía respirar un clima de indignación generalizada. “La concentración me parece necesaria, tardía y con poca gente. Lo que ha hecho este señor es una vergüenza y nosotros se lo hemos consentido”, declaraba una de las personas entrevistadas. “Se ha demostrado muchas veces que la monarquía es corrupta. Nuestro objetivo es la República, sí, pero también hay que pensar en cuáles serían las condiciones de la misma”, argumentaba otra manifestante. “Tampoco se puede permitir que el oligopolio eléctrico de nuestro país abuse de su posición de poder para perjudicar a la ciudadanía, ni que los vecinos de la Cañada Real lleven casi dos años sin luz. Eso también es necesario que cambie, no sólo la monarquía”, concluía, añadiendo un punto de vista crítico con la situación general del país.

Otros manifestantes han recordado que la monarquía fue una imposición del franquismo, y que la población española no tuvo derecho a elegir quién ocuparía la Jefatura del Estado: “Fue metido en un paquete y no nos dieron opción a elegir otra cosa, no nos quedó más remedio que tragar, aunque una gran parte de la población estaba en contra de la monarquía. Yo opino, y creo que la mayoría de los que estamos aquí concuerda conmigo, en que la Jefatura del Estado tiene que ser elegida por el pueblo”, expresaba uno de los asistentes. “Además, lo peor es que sus seguidores lo han recibido como un héroe, pero es un ladrón”, concluía.

Representación institucional en la convocatoria

A la manifestación también han acudido algunas caras de relevancia pública, como Carlos Sánchez Mato, quien fuera concejal del Ayuntamiento de Madrid de 2015 a 2019. Sánchez Mato ha expresado a este medio su “total apoyo” a las concentraciones de esta naturaleza: “Siempre estaré a favor de las concentraciones que promueven la República y que luchan contra la corrupción porque me parece algo que merece la pena. Si algo ha quedado manifiesto a lo largo de los años es que tanto el rey emérito como la institución monárquica son corruptos y suponen un grave perjuicio para el pueblo español. Cuanto antes pasemos página, mejor”, expresaba el exconcejal.

Adrián Fernández, secretario general de las Juventudes Socialistas de Madrid, también se encontraba presente en la manifestación, declarando a este medio que las formas en las que Juan Carlos I ha regresado al país suponen una “anomalía democrática”: “Uno de los objetivos principales de esta convocatoria es protestar por las formas en las que el emérito ha regresado a España. Con todo lo que tiene encima, que pueda volver así como así nos parece una anomalía democrática que no solo es negativa para la imagen de Juan Carlos, sino también para la Casa Real en general. Creo que esto se puede interpretar como un puñetazo encima de la mesa por parte del emérito, y yo, como ciudadano español, siento vergüenza ajena de que haya vuelto de una forma tan abrupta”, declaraba un Fernández visiblemente indignado.  

En definitiva, se puede decir que esta protesta ha supuesto una síntesis de la indignación popular ante las irregularidades perpetradas por el que un día fue el jefe del Estado Español. Infinitud de conatos por corrupción, mentiras, regalos multimillonarios de dudosa procedencia, fraude fiscal, evasión de impuestos y otros crímenes que han quedado, por el momento, impunes bajo el amparo de la famosa inviolabilidad de la monarquía y de la complicidad de la Fiscalía, que muchos de los manifestantes se cuestionaban que fuesen propias de una democracia.  Rendición de cuentas, abolición de la institución y transición hacia un sistema más justo y elegido por la ciudadanía, los deseos más recurrentes y escuchados en la plaza de Ópera.