El exsecretario de organización de los populares gallegos, considerado como número dos de la trama Gürtel, Pablo Crespo, ratificó en la Comisión de la Cámara Baja que investiga la financiación ilegal del PP, que durante el tiempo que ejerció su cargo en el PP de Galicia, desde el año 1996 hasta 1999, “un 65 % del dinero que se utilizaba en las campañas del PPdeG en aquella época eran cantidades en negro aportadas por empresarios”.

En la misma línea, admitió haber entregado personalmente 21 de millones de pesetas, de donaciones de empresarios, al extesorero nacional Álvaro Lapuerta, en un viaje que este hizo a Galicia para “devolver un crédito del PPdeG del que se había hecho cargo la dirección nacional del partido”. Además, añadió Crespo, cuando él llegó a la secretaría de organización, el anterior equipo, del señor Romay Beccaría y el señor Palmou Lorenzo, acumulaba una deuda de 200 millones de pesetas, de modo que la entrega de los 21 millones era solo una parte de ese pago.

Crespo recuerda el nexo entre Feijóo y Bárcenas

Asimismo, el compareciente dijo no tener ningún tipo de relación con el actual mandatario del gobierno gallego, Alberto Núñez Feijóo, aunque fue miembro del consejo de administración de la empresa pública Portos de Galicia, dependiente en aquellos momentos de la Consellería de Política Territorial, cuyo máximo responsable era el jefe actual del Ejecutivo gallego. Sin embargo, sí que recordó las publicaciones en medios de comunicación del año 2013, que narraron que la financiación presuntamente ilegal del PP gallego continuó cuando él dejó su cargo orgánico en la formación política.

Concretamente, estas informaciones se referían a la vinculación entre Bárcenas y Feijóo. El hombre que dirigió las finanzas del PP durante 20 años ratificó ante el juez Pablo Ruz, en julio del 2013 en la Audiencia Nacional, unos documentos supuestamente elaborados en el 2006 por el exgerente en Galicia, Modesto Pose, cuando Feijóo ya lideraba el partido, en el que se detallaban ingresos extraordinarios por 1,8 millones de euros para el PP, realizados por adjudicatarias de la Xunta en tiempos de Manuel Fraga. Pero en el momento en el que salieron a la luz pública estas informaciones Feijóo enmudeció.

De hecho, el que era portavoz parlamentario del grupo popular en Galicia, Pedro Puy, justificó en aquel momento la negativa de su grupo para que el presidente de la Xunta compareciese en el hemiciclo, con el argumento de no interferir en la labor del juez, a pesar de que el barón gallego fue de los que se mostró más beligerante contra la corrupción, llegando a criticar públicamente algunas actuaciones de su partido.

Lo cierto es que desde que estalló el escándalo, la estrategia de Feijóo siempre ha sido la de escabullirse de todo lo que huela a corrupción. Incluso llegó a declarar sobre Bárcenas que “como español y como político me entristece bastante que un personaje como este sea uno de los más importantes de España”, a pesar de que este adalid de la transparencia en el PP, guardó silencio sobre los papeles de Bárcenas, presuntamente inventariados en el 2006 y en los que se registraban ingresos extraordinarios por 1,8 millones de euros para el PP.