"El Estado español no podrá detener el deseo de los catalanes", dice Carles Puigdemont, en declaraciones a los medios, en el colegio San Juliá de Ramís, donde debía votar este domingo. El presidente catalán finalmente lo ha hecho en otro centro, después de que la Policía requisara las urnas.

Puigdemont ha acusado al Gobierno de imponer la "violencia injustificada" y "agresiones indiscrimadas contra personas que se habíaan concentrado pacíficamente". Según ha dicho el president, "creo que ya hoy está todo dicho" y esa es la imagen que se ha dado "al exterior", con grandes "cuotas de verguenza".

Puigdemont destaca el "coraje de personas que estaban haciendo colas" para votar y que "han sentido el miedo", y ha dado las "gracias a las vecinas y vecinos" que han acudido a los colegios. "El 1 de octubre trata de democracia ante las balas de goma contra gente con urnas y papeletas", añade el presidente catalán.