Con Bruselas como escenario principal, PSOE y Partido Popular se citan en una nueva tentativa para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), bloqueado desde hace cinco años con otras tantas voladuras de puentes entre las formaciones. A diferencia de intentos anteriores, esta vez las negociaciones cuentan con la mediación de la Unión Europea, condición sine qua non impuesta por el líder de los conservadores, Alberto Núñez Feijóo, y a la que accedieron los socialistas el pasado mes de diciembre. Mientras en Génova ven la figura del comisario de Justicia, Didier Reynders, como una “garantía” para atraer al Gobierno hacia la reforma, en Ferraz creen que a los populares se le agotan las “excusas”. Entre medias, el liberal belga, que recordará la necesidad de renovar el gobierno de los jueces, pero también adaptarlo a los “estándares europeos”.

El ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, y el emisario del PP, Esteban González Pons, se citan este miércoles en la reactivación de las conversaciones para renovar el CGPJ, con la presencia del comisario de Justicia, Didier Reynders, como mediador. Su presencia en la primera toma de contacto eleva el optimismo para acometer la imperativa remodelación del órgano de gobierno de los jueces. De hecho, según apunta El Confidencial, en Génova están dispuestos a abrir la mano para renovar con el anterior sistema y pactar con los socialistas el cambio del sistema de elección de los 12 vocales. El cambio de modelo era una de las líneas rojas marcadas por Feijóo.

El optimismo se elevó en Génova después de que Reynders aceptase el papel de mediador, pues lo entienden como una “garantía” para atraer a los socialistas a la reforma del modelo y, por tanto, ven un resquicio cada vez mayor para cerrar un acuerdo tras someter al CGPJ a cinco años de bloqueo sistemático. No obstante, desde la órbita popular cuentan con remachar la negociación con la “certeza” de que será la última con el “actual sistema”.

Los conservadores buscan un compromiso del PSOE que “trascienda a una declaración pública”, aunque no concretan el mecanismo por el que validarán el acuerdo final. Sí subrayan en las altas instancias de Génova, según El Confidencial, que el registro no tiene por qué ser inmediato, además de extrapolar su confianza a la propuesta que ponga encima de la mesa el comisario Reynders para “desencallar” la negociación que cristalice la remodelación del sistema de elección.

Se acabaron las excusas

En Ferraz también se respira cierto optimismo para cerrar -por fin- un acuerdo para desbloquear el CGPJ. “Ahí tienen su mediador, ya no hay excusas”, certificó el lunes la portavoz orgánica del PSOE, Esther Peña, quien urgió a los conservadores a ponerse manos a la obra porque “esta es la negociación definitiva”. Más allá de esta tentativa, “no hay nada más que inventarse ni nada a lo que agarrarse”. Los socialistas han reiterado su predisposición a trabajar para encontrar un acuerdo y así “recuperar la normalidad en la Justicia” y el “prestigio” en el órgano de gobierno de los jueces.

Tanto Ferraz como Moncloa han manifestado en público y en privado que lo realmente “urgente” es la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Por ello, toda vez que ello se haya acometido, se podrá hablar de “otros asuntos”. Los populares, según El Confidencial, habrían levantado el veto a los tiempos para remodelar el sistema de elección, aunque las reticencias aún persisten. En cualquier caso, el PSOE agradece a la Comisión Europea su “sensibilidad” por atender y entender la urgencia de la renovación del CGPJ.

El mediador

Por su parte, el comisario de Justicia ya ha avanzado que espera no tener que agotar el plazo de dos meses que ha dado a sendas formaciones para mediar en las negociaciones. “Lo que vamos a pedir es la puesta en marcha de las recomendaciones del informe sobre Estado de derecho. En el informe pedimos aplicar los estándares europeos en la composición de los consejos generales de justicia y, en España en particular, también reformarlo. No sólo recomponerlo sino reformarlo”, reitera el político belga.

El pasado viernes, Reynders remitió una carta a las dos partes para comunicarles que aceptaba su papel de facilitador en las negociaciones y planteaba el establecimiento de un “diálogo estructurado” que deberá desembocar en alguna solución en el plazo de dos meses. En este contexto, en declaraciones ante los medios este lunes, reiteraba que el primer paso para que “las cosas cambien” es iniciar un “proceso interno” en el país en el que los partidos sean los que se muevan y busquen una mayoría suficiente que permita la renovación del órgano de gobierno de los jueces y “emprender la reforma”.