El 12M ha provocado un corrimiento de tierras en el espectro diestro del Parlament. En Génova pensarán que todo vuelve a su cauce tras años en el dique seco y, sobre todo, tras un 2021 aciago. El Partido Popular puede descorchar de nuevo la botella en el plano personal, tras recuperar el terreno perdido en los últimos años. La papeleta liderada por Alejandro Fernández, aprovechándose de la distensión que han supuesto los años de Pedro Sánchez en el Palacio de la Moncloa, no sólo ha crecido del orden de 7 puntos porcentuales, sino que además ha arrebatado a Vox el liderazgo de la autodenominada derecha constitucionalista en Cataluña.
De la cautela inicial a la euforia desatada en el ecuador del escrutinio. Las encuestas ya barruntaban un sorpasso del Partido Popular a Vox, alimentado por los restos de Ciudadanos. Los liberales desaparecen por completo del Parlament. La cuna de los naranjas ha sido también su tumba. Caída de la que se ha aprovechado un Alejandro Fernández, cuya candidatura estuvo en el aire hasta bien entrado el mes de marzo, que se ha consolidado como el soplo de aire fresco para los conservadores catalanes.
“El PP ha vuelto. Volvemos a ser el partido de referencia de la Cataluña sensata, la Cataluña que cree en la convivencia”. Así ha liquidado Dolors Montserrat, jefa de campaña de la candidatura de Alejandro Fernández, la valoración de los resultados con un 52% escrutado. Después de mucho tiempo, los populares han logrado desquitarse del lastre devengado de los sucesos del 1 de Octubre de 2017 en adelante. Los 14 parlamentarios que ha cosechado el Partido Popular cuadriplican el resultado de los comicios de 2021, cuando quedaron relegados al Grupo Mixto con 3 asientos.
El PP recuperaría el título de cuarta fuerza política en el Parlament, superando a Vox. Los de Ignacio Garriga se mantienen en los 11 diputados que hasta la fecha conformaban su Grupo Parlamentario. “Hoy es el primer día de lo que está por venir, una etapa en la que seremos cruciales para garantizar la convivencia entre catalanes y el resto de España, para vigilar que la ley se cumpla y que ningún político esté por encima de la sociedad”, ha ponderado Montserrat, en torno a la mitad del escrutinio.
Por si hubiera hueco para la duda, los populares ya han avanzado que “ni un solo voto” de signo conservador “hará president a un candidato independentista”. Montserrat ha reivindicado su partido como “referente clave” y ha sacado pecho por neutralizar la campaña antiinmigración de la ultraderecha. El PP tuvo que modular su discurso después de que Vox supeditase el debate público a la dicotomía migración-delincuencia. Resistieron el envite y arrebatan a los de Ignacio Garriga la hegemonía de la derecha en Cataluña.
Reacción y lucha
El Partido Popular ha construido su nueva narrativa en Cataluña sobre la “autocrítica”. Así lo ha expuesto el propio Fernández tras amarrar ese decimoquinto escaño que arrebataron a los socialistas. El candidato conservador no ha rehuido los años oscuros de su formación, cuando eran totalmente residuales en el Parlament hasta diluirse en apenas tres parlamentarios sin la capacidad de armar grupo propio. Este precisamente fue el “fondo” desde el cuál se han impulsado. “Supimos reaccionar y decidimos luchas, no darnos por vencidos”, apuntaba.
“La autocrítica fue la primera piedra sobre la que hemos construido nuestra recuperación. El Partido Popular de Cataluña ha vuelto y lo hace con más fuerza que nunca”, celebraba, al tiempo que parafraseaba los primeros retazos que ofreció Montserrat. Fernández ha hecho extensivo este resultado a Génova. “Durante los días más duros del procés, nunca nos faltó su aliento”, recordaba el jefe de los conservadores, quien insistía en el “apoyo extraordinario” que la dirección nacional ha brindado y “la unidad con la que hemos trabajado”, En suma, un “paso de gigante” que, a la postre, traducen como un puente hacia la consecución del “cambio político en España de la mano de Alberto Núñez Feijóo”.
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