A solo cuatro días de que finalice el plazo para la constitución de ayuntamientos y poco más de una semana para hacer lo propio con las autonomías, el reloj corre en contra del Partido Popular. Los de Alberto Núñez Feijóo tienen todavía en el aire los gobiernos de 135 municipios y una comunidad autónoma en los que, en todos los casos, Vox es la llave maestra para permitir a los populares poder subir a la dirección. En el caso autonómico la plaza en juego que ha quedado libre es Extremadura después del acuerdo consumado entre Carlos Mazón y Carlos Flores para gobernar la Comunidad Valenciana en una coalición. Todo con un plot twist desde Génova dando primero manga ancha a sus líderes para pactar a su gusto y después vetando a un condenado por violencia machista.

En Extremadura el equipo de Maria Guardiola confia en la efectividad de poner la presión sobre Vox, de quienes dicen "están entre susto o muerte". A su juicio, que estos fuercen una repetición electoral tras más de 35 años de gobiernos socialistas a cuenta de una no atendida exigencia de asientos en la Junta "sería muy difícil de explicar ante su electorado". La intención de la dirigente popular extremeña -tras varios giros de estrategia- es lograr el apoyo de los ultras para un ejecutivo en solitario. Guardiola ha pasado de insistir a los de Santiago Abascal que se sentaran a negociar, a asegurar que no pactaría con Vox a anunciar un acuerdo con estos. Eso sí, solo de cuestiones programáticas. "No tenemos nada que ofrecerles", aseguran fuentes cercanas en conversaciones con ElPlural.com.

En la Valencia de Carlos Mazón la coyuntura se ha solventado de forma completamente distinta. La censura que ha colocado la cúpula del PP sobre Carlos Flores Juberías, candidato de Vox y condenado por maltrato psíquico a su exmujer, ha tensado las primeras conversaciones entre ambos para dirimir un acuerdo que resulte con un gobierno para la región. Los vetos efectuados en las últimas horas por la cúpula popular han servido para que los ultras den un pequeño paso atrás desterrando de la primera línea autonómica al señalado pero no para evitar una coalición al más puro estilo Castilla y León. De hecho, los de Santiago Abascal han logrado arrancar un reparto "proporcional" a los resultados y en el que ellos tendrán "peso".

Extremadura, más cerca del pacto

Tras esto, los focos se han colocado directamente sobre Extremadura, donde la candidata del Partido Popular María Guardiola sigue negociando con la formación ultra los términos de un acuerdo que pasaría especialmente por facilitar su gobierno en solitario. Esta es la idea defendida desde antes de conocer los resultados de las urnas el 28 de mayo por la lideresa extremeña, que ha pasado de pedir "negociar ya" a poner como línea roja la presencia de Vox en su futurible ejecutivo regional. Desde Génova han dado carta blanca a sus dirigentes populares para pactar con los de extrema derecha si con ello suman lo suficiente para dirigir sus respectivas asambleas, pero "Guardiola ha mantenido su postura", afirman fuentes cercanas a su equipo a ElPlural.com. Algo que parece que se ha vuelto a mover a la luz de sus últimos pronunciamientos.

Este mismo lunes por la tarde Guardiola ha insistido en su apuesta por la gobernanza en solitario al frente de la Junta de Extremadura aunque ha anunciado un acuerdo con Vox -cuyo apoyo necesita para lograr una mayoría suficiente que logre apartar a Guillermo Fernández Vara, que ganó las elecciones- . Eso sí, basado presuntamente en la programática. "Cuando cerremos el acuerdo se verá si mantengo o no mi palabra", ha afirmado ante los medios tras ser preguntada por la posibilidad de que se produzca un nuevo cambio de parecer en las próximas horas que favorezca un posible acuerdo de coalición con la formación ultra. "Cuando cerremos el acuerdo verán si mantenemos lo dicho o no", ha ahondado sin avanzar el papel de los ultras ni si en la primera reunión que han mantenido estos han puesto encima de la mesa la exigencia de asientos.

Un acuerdo "programático"

"El objetivo principal es conseguir lo que nos hemos comprometido desde el PP", ha manifestado en referencia a su intención de liderar el Ejecutivo en solitario y únicamente a cuestiones de programa que pasan por más de 860 propuestas en materia de cultura, sanidad o economía, entre otras, que confía en que cualquier simpatizante de Vox podría apoyar. "Los votantes de Vox van a estar de acuerdo con la mayoría de medidas que planteamos en nuestro programa. Estoy convencía de que el 90% de las medidas que planteamos son aceptadas", ha aseverado antes de percutir en que lo único que "se ha puesto sobre la mesa es el interés de los extremeños" con "861 medidas" para alcanzar "un acuerdo programático" que intentarán que sea "cuanto antes".

Así, Guardiola ha deseado poder dar cuenta de estos pactos más pronto que tarde para los que ha pedido "respeto", discreción y "privacidad por la importancia que tienen". "Espero que pronto podamos contaros el acuerdo al que hemos llegado, porque estoy convencida de que vamos a llegar a un acuerdo para acabar con políticas socialistas que han llevado a ocupar los últimos puestos de cualquier ranking económico y social", ha respondido cuando se le ha cuestionado por el alcance de las conversaciones con el candidato ultra Ángel Pelayo a la salida de un acto en la Cámara de Comercio de Badajoz este lunes. "Yo no tengo pisa, tengo ganas, muchas ganas de ponerme a trabajar y de poner en marcha las medidas que hemos construido de la mano de los extremeños", ha aseverado.

"No la va a mover nadie, ni Génova"

Con todo, la dirigente popular ha evitado poner fecha a esta posible alianza, que tiene que estar cerrada en cualquiera de los dos sentidos -tanto un apoyo indirecto para facilitar el gobierno en solitario del PP como una coalición- antes del 20 de junio, cuando está previsto que se constituya la Asamblea de Extremadura y se den a conocer algunos de los nombramientos, como quién presidirá este órgano legislativo regional. De esta forma, lo que no parece estar en duda es que habrá un pacto antes del gong institucional. El PP y Vox tienen en agenda un nuevo encuentro "cordial" en los próximos días para definir los términos de los acuerdos. El propio Pelayo ha admitido su "mano tendida, sensatez y respeto" a sus votantes a lo largo de este proceso.

Fuentes del equipo de Guardiola afirman en conversaciones con este diario que la dirigente popular "sigue diciendo lo mismo desde hace nueve meses" así como que "no la va a mover nadie, ni Génova". Y es que se ha desligado de las órdenes de Alberto Núñez Feijóo. Cuestionados por las posibles exigencias de los ultraderechistas, estas voces persisten en la idea de que en la apuesta solo se está hablando de programa "fuera de ideología" ya que para la lideresa "hay debates que están trayendo a la mesa que no se revisan". Este sería el motivo fundamental por el cual la candidata popular estaría marcando distancias con Vox para que estos entren en el ejecutivo. "Es una mujer del siglo XXI" aunque eso no quita que "necesita su apoyo en la investidura".

No tenemos nada que ofrecer a Vox

Y es que en el círculo cercano de la extremeña consideran que, por muchos órdagos de los de Vox, el margen de estos es muy corto. Y es que, aunque la situación pudiera parecer similar a la de Valencia, en Extremadura "la cuestión clave es que hay 36 años del PSOE" por lo que "sería muy dificil de explicar ante su electorado que simplemente por querer sillas en el gobierno forzaran la repeticion electoral", esgrimen antes de afirmar que los ultras "están en susto o muerte". "No tenemos nada que ofrecer", aseguran sobre la opción de darles asientos en la Administración. Las conversaciones entre los equipos del PP y Vox comenzaron el pasado viernes 9 de junio bajo la premisa de "construir una alternativa" para la región al margen de los socialistas.