Noche electoral para el olvido en la izquierda. Los comicios autonómicos y municipales del 28 de mayo han teñido el mapa de España de azul, con un Partido Popular que ha obtenido unos resultados soñados y ha ganado en Cantabria, Murcia, Aragón, Baleares, Comunidad Valenciana, La Rioja y Madrid, las dos últimas con mayoría absoluta. Sin embargo, a pesar del triunfo electoral, el PP tiene un problema: está a merced de Vox en casi todos los territorios en los que se ha impuesto.

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha asegurado que "no dejará que Vox entre en los gobiernos", pero en las filas 'populares' son conscientes de que necesitarán arrimar el hombro con la extrema derecha si quieren alcanzar el poder. A su vez, Abascal, que sale más fuerte de estas elecciones, podría soltarle la mano al gallego en unas hipotéticas generales en las que el PP les necesite para formar Ejecutivo, en caso de que en Génova no se presten a gobernar con Vox en las diferentes comunidades autónomas.

Así las cosas, el PP dependerá de Vox para gobernar en la Comunidad Valenciana, en Aragón, en Cantabria, en las Islas Baleares y en Extremadura (en esta última, el PSOE ha sido la fuerza más votada, pero el bloque de derechas suma mayoría). Está por ver si Feijóo cumple su palabra y los 'populares' le cierran la puerta a Abascal y compañía, o si se expande por España la fórmula castellanoleonesa y se conforman múltiples gobiernos azules con socio ultraderechista. 

A merced de Vox

En Aragón, donde la mayoría se consigue con 34 escaños, el PP ha cosechado 28 parlamentarios, por lo que necesitará del apoyo de los 7 que ha obtenido Vox para investir a Jorge Azcón como presidente aragonés. El mismo panorama se da en la Comunidad Valenciana, donde Carlos Mazón tendrá que pasar por el aro en llamas de Vox y pactar con un candidato condenado por violencia de género si quiere suceder a Ximo Puig. 40 escaños han aupado al PP al triunfo en esta región, pero se han quedado lejos de los 50 que garantizan la absoluta, por lo que el polémico Carlos Flores, con el que los 'populares' valencianos ya han reconocido que tendrán "problemas" para pactar, tiene la llave que el PP necesita. 

En Cantabria, el PRC de Revilla ha dejado de ser la fuerza más votada, por lo que el Ejecutivo en coalición con el PSOE también tocará a su fin. María José Sáenz de Buruaga y el PP se han hecho con 15 de los 18 escaños necesarios para la mayoría absoluta, por lo que, nuevamente, precisan de los 4 que ha sacado Vox para gobernar. 

En las Islas Baleares, se repite la misma historia: el PP gana, pero no con la suficiente contundencia como para gobernar en solitario. La lista de Marga Prohens ha obtenido 25 parlamentarios, a 5 de la absoluta. Así, los 8 que recoge la candidatura de Jorge Campos (Vox) serán la llave a la que tendrán que recurrir los 'populares' si quieren gobernar en esta tierra y que Prohens releve a Francina Armengol

Por último, el caso de Extremadura es ligeramente distinto, ya que el PSOE ha sido la fuerza más votada por 6.000 votos de ventaja, pero se ha dado un empate a escaños con los 'populares'. Con la mayoría absoluta cifrada en 33 parlamentarios, los 28 diputados que han obtenido ambas fuerzas se vuelven válidos para el bloque de derechas pero no para los socialistas, debido a los cinco que ha sacado Vox frente a los cuatro de Podemos.

Este es el dibujo que presenta España tras las elecciones: un Partido Popular que se proclama vencedor, pero que necesita encarecidamente de Vox para acceder al poder. Las próximas semanas y meses serán decisivas, en tanto que no solo marcarán si se reproduce el modelo de Castilla y León en el resto de España, sino también la evolución de las relaciones entre ambas derechas de cara a las elecciones generales, donde Feijóo necesitará la mano de un Abascal al que, por lo pronto, ha negado la entrada a los gobiernos autonómicos, con sus posibles consecuencias.