Haciendo uso de su mayoría parlamentaria en la Cámara Alta, este martes el Partido Popular ha tumbado la moción de Vox en la que pedían la ilegalización de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts.

Los de Santiago Abascal en el Senado pedían, a través de esta propuesta, que el Gobierno de Pedro Sánchez iniciase el procedimiento para aplicar la Ley de Partidos Políticos hacia los independentistas catalanes. Debido al voto en contra del PP, Vox se ha quedado solo en la Cámara Alta para sacar adelante esta moción.

“Está en riesgo lo importante, la supervivencia de la nación española, el ordenamiento jurídico y la convivencia e igualdad entre españoles”, ha defendido la senadora de Vox Paloma Gómez. Ante las mismas, Vox no ha tardado en recibir la negativa del resto de grupos parlamentarios del Senado.

Con este texto, Vox pretendía ilegalizar a ambos socios del Gobierno de Sánchez por, según han argumentado, “vulnerar los principios democráticos” e “incurrir de forma grave en el apoyo político expreso al terrorismo”, sumando así a que acompañan “la acción de violencia” en sus respectivos programas. En su defensa, los de Abascal argumentaron que, bajo el amparo de la Ley de Partidos, una de las razones que podía llevar a término la ilegalización de ambas formaciones era el soporte que el expresidente catalán Carles Puigdemont y la secretaria general de ERC, Marta Rovira, habrían dado a "grupos terroristas" como los CDR y Tsunami Democrátic.

Por parte del PP, les han reclamado “seriedad” y justifican su rechazo en que se posicionan del lado de los “valores constitucionales”, señalando que dicha moción resulta “innecesaria” porque el Tribunal Supremo no tardaría en rechazarla al no haber una sentencia que avale la disolución de ambos partidos independentistas catalanes. "La disolución de un partido político es de las medidas más graves que pueden ser adoptadas en democracia. Señorías, saben que el pluralismo político es un valor superior de nuestro ordenamiento jurídico", han indicado desde la bancada 'popular' en el debate en el Pleno sobre la iniciativa.

En los mismos términos, han afeado el movimiento de Vox en el Senado, reprochando así que la oposición a la reedición del Gobierno de Sánchez no se hace “a golpe de nota de prensa o de tuit” ni proponiendo “lo imposible”. Desde su posición, y contando con mayoría absoluta parlamentaria en el Senado, los populares prometen hacer “todo lo posible” para solventar la situación que afronta en estos momentos el país, en clara referencia a la ley de amnistía que comienza a tramitarse en las Cortes.

ERC y Junts tachan de “expresión de odio” e “indigna” la iniciativa de Vox

Por su parte, los dos partidos aludidos por esta propuesta de censura política, ERC y Junts, han tachado las intenciones de Vox como “ofensa” a sus votantes y ciudadanos catalanes por hacer “una apreciación personal más propia de la barra de un bar que del Senado”.

“Junts nunca ha dado apoyo a ningún acto terrorista”, ha señalado el portavoz de esta formación en el Senado, Josep Lluís Cleries, tildando la propuesta de “expresión de odio” hacia dos partidos que son “demócratas, pacíficos y regulares”, presentando así una moción de supresión a la totalidad ante la iniciativa del partido ultraderechista. En los mismos términos, ha argumentado que para Vox la única ley que existe es la que destila de “la bandera franquista”.

Por su parte, ERC ha censurado la moción de Vox como “indigna” y por dirigirse hacia un camino contrario al democrático. “No nos derrotan en las urnas y por eso quieren eliminarnos del mapa político”, ha recriminado su portavoz en la Cámara Alta, Sara Bailac. “Seguiremos defendiéndonos, porque votar no es un delito y ser independentista es un derecho”, ha señalado.

PSOE advierte al PP

En paralelo, los socialistas en el Senado, en su turno de intervención, han aprovechado para advertir a los populares del peligro que supone esta “espiral de odio” y “la violencia”: “Es muy peligroso sostener que España es una dictadura o que van a devolver golpe por golpe”, han añadido desde el PSOE, haciendo referencia así, en primer lugar, a las palabras que empleó Abascal en la investidura de Sánchez y, en segundo, a la respuesta que dio la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a la ley de amnistía en el gran acto del PP concentrado el 12 de noviembre en la Puerta del Sol.