Más de 1.420 días después, el acuerdo por la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) estaba prácticamente cerrado. Los detalles permanecían cubiertos por el manto de la discreción, pero tanto PSOE como PP deslizaban que la fumata blanca arreciaba y únicamente quedaba encontrar el momento ideal para encajarlo en la opinión pública. Los rumores apuntaban a este viernes. Era inminente. Incluso Pedro Sánchez se aventuró a anticipar que solo faltaba la rúbrica de Alberto Núñez Feijóo. Pero todo se turbó en cuestión de horas. El líder de la oposición sucumbió a las presiones de la ultraderecha y suspendió las negociaciones llegado el ocaso del jueves. Esta es la historia de cómo una afilada portada advirtió a Feijóo y éste se agarro a una torticera excusa para quebrarlo todo y regresar a la casilla de salida.

A las 09:00 horas comenzó la segunda jornada del debate de las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos, que Moncloa superó con holgura. Una portada eclipsó el debate. El Mundo salía a toda página: El PP teme la reacción de “la derecha política, judicial y mediática”. No es la cabeza de caballo bañada en sangre entre las sábanas de Jack Woltz, pero se le parece.

Ante el rumor que se elevaba en Génova dibujando un acuerdo con Sánchez por el CGPJ, los sectores más reaccionarios dispararon. La portada no fue el único disparo al cielo. Federico Jiménez Losantos apuntó desde su programa de radio con un lapidario “no va a llegar a presidente” y, por si erraba el tiro, repitió desde su columna, también en El Mundo. Feijóo captó el mensaje y, a juzgar por el resultado, actuó en consecuencia.

Un comentario inoportuno

Feijóo necesitaba una excusa, por absurda que fuera, y la encontró en un comentario de María Jesús Montero. La ministra de Hacienda se dejó literalmente la voz defendiendo los Presupuestos 2023 el miércoles y, el jueves, con un aliento quebrado por el fragor del debate, verbalizó en sede parlamentaria que el Gobierno llevaría al Congreso una propuesta para reformar varios delitos del Código Penal, incluido el de sedición, uno de los principales reclamos de ERC. Por el momento en que lo afirmó, pareciera que la rebaja de las penas por sedición era una moneda de cambio para decantar la bancada independentista hacia el, por lo que en cuanto concluyó el pleno, enfiló los pasillos del Congreso y se apresuró a aclarar ante la prensa que únicamente “he expresado en la tribuna lo mismo que dijo Sánchez respecto a que la voluntad del Gobierno es homologar delitos del Código Penal a los estándares europeos”. Montero se disculpó por dar lugar a equívoco: “Si se ha interpretado que daba un paso más, para nada”.

Feijóo y Gamarra sabían de las intenciones del PSOE y desvincularon el acuerdo por el CGPJ de la rebaja de sedición: "Son dos cuestiones distintas"

Ahí debió quedarse todo, pues no había nada novedoso. El PP conocía perfectamente las intenciones socialistas, pues la reforma del Código Penal siempre ha figurado en su agenda legislativa. De hecho, el pasado viernes en Bruselas Sánchez lo defendió y Cuca Gamarra hace dos días, en una entrevista en Espejo Público, desvinculó sedición del CGPJ: “Son dos cuestiones distintas”. Es más, el martes, Feijóo confirmó que “vamos a separar ambas cosas”. Traducido al sincerolés: no había ningún problema hasta el jueves, cuando, caprichos del destino, la derecha mediática le entregó la cabeza de caballo.

La piel del oso

El presidente del Gobierno probablemente vendiera la piel del oso antes de cazarlo. Al mediodía de este jueves, el acuerdo estaba prácticamente cerrado. “Está listo, preparado”, a falta de la firma de Feijóo, dijo Sánchez desde Pretoria (Sudáfrica), donde se encontraba de visita oficial. Génova le desmintió. Fuentes de la dirección aseguraban que las declaraciones de Sánchez “no se ajustan a la realidad” porque, si bien “hay avances” notables, el acuerdo no está cerrado. El PP había encontrado su excusa. Era torticera, pero servía.

Los populares hallaron su subterfugio en el comentario de María Jesús Montero. Se hicieron los sorprendidos, ¡cómo si no lo supieran! Ferraz tiempo ha que defiende la rebaja de sedición, la portavoz moclovita Isabel Rodríguez lo repitió en Consejo de Ministros pero emplazó el debate a después de los PGE, Sánchez lo dijo el viernes en Bruselas y Gamarra y Feijóo lo tenían asumido, tal y como ellos mismos manifestaron públicamente. Pero la portada de El Mundo apretaba y Losantos ahogaba.

Hora D

A las 20:22 del jueves, un comunicado asaltaba los smartphones de los periodistas que siguen habitualmente al PP. Un documento sin titular, con un escueto encabezado que rezaba “El Partido Popular informa que:” y 12 puntos. Había que llegar hasta el 10 y el 11, destacados en negrita, para descifrar su cometido: suspendían las negociaciones hasta que Sánchez se comprometiera a no rebajar las penas del delito de sedición.

Unas horas antes, Sánchez telefoneó a Feijóo para, simplemente, formalizar el acuerdo que estaba finiquitado. El gallego le solicitó que aclarase sus intenciones con respecto a la reforma del Código Penal y el presidente confirmó lo que él mismo había defendido en incontables ocasiones anteriormente y que el propio Feijóo había desvinculado de la ecuación del CGPJ.

Ante el comunicado del PP, Ferraz respondió de igual forma. “El Sr. Feijóo demuestra una absoluta falta de autonomía política al no resistir las presiones de la derecha más reaccionaria que, en todo momento, ha estado boicoteando esta negociación para que no llegara a buen puerto”, acusan, y recuerdan que “el cumplimiento de la Constitución no admite condiciones ni chantajes”, rezaba el documento socialista.

La guinda del pastel la pone Isabel Díaz Ayuso. Este viernes, coincidiendo con la publicación de este artículo, El Periódico de Catalunya publica que llamó a Feijóo para pedirle que no pactara el CGPJ con Sánchez. El Mundo aprieta y Losantos ahoga, pero Ayuso mata. Que se lo digan a Casado.