Los rumores de quórum entre PSOE y Partido Popular para la renovación del CGPJ se intensifican y Podemos sigue presionando. Pese a que el bipartidismo ha acordado restringir las puertas giratorias entre la carrera judicial y la política imponiendo un plazo mínimo de dos años para magistrados que ocupen cargos políticos y quieran regresar a la judicatura, los morados insisten en la actual delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell. Hasta tal punto han elevado el tono que han exigido firmeza a los socialistas ante el “chantaje” de Génova. De lo contrario, se descolgarían del acuerdo, advierten. Una posición maximalista edulcorada con agrias palabras que constata profundas diferencias con el estilo que está exhibiendo Yolanda Díaz, quien en lugar de apostar por discursos afilados, ha optado por la “discreción” aunque ya tiene elegido a su candidato.

Ante la insistencia de varios dirigentes del núcleo duro de Podemos como el portavoz parlamentario Pablo Echenique o la ministra de Igualdad Irene Montero -esta última, además, está sustituyendo a Ione Belarra a nivel orgánico por su baja por maternidad-, sorprendía el prudente silencio de la ministra de Trabajo y líder de Sumar. La prensa se interesó por su opinión por los avances entre PSOE y PP y, durante unas jornadas sobre la reforma laboral y el futuro del mercado de trabajo, explicó que al tratarse de un asunto tan delicado, “se está negociando y no van a tener de mi nada más que discreción”.

Desde que Pablo Iglesias abandonara la primera línea política y se dedicara a su podcast, La Base, han aflorado las discrepancias internas entre Díaz y Podemos, no en vano, el verso libre de la gallega cristalizó en una nueva plataforma, Sumar. Este nuevo ente político apenas gatea y ya se atisban profundas diferencias con el modelo que plantea el Podemos más primigenio. Mientras los dirigentes morados braman contra el acuerdo del bipartidismo y aprovechan cada rueda de prensa o comparecencia para supeditar su apoyo a la candidatura de Rosell para el CGPJ, Díaz mantiene la compostura y el silencio, lo que no implica que no haya maniobrado entre bambalinas.

Según avanzó El Periódico de España, Díaz ya tiene a su candidato. Se trata del profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Sevilla Joaquín Urías, quien se presentó a las primarias de Podemos en 2015. El aspirante ya ha recibido el beneplácito tanto de socialistas como de populares, puesto que atesora experiencia como letrado en el Tribunal Constitucional y su perfil ha permanecido alejado de la política desde entonces. Ha participado en eventos como la Fiesta de la Primavera organizada por el partido morado, acto al que no acudió la vicepresidenta segunda, pero no ha accedido a ningún cargo orgánico.

Modelos contrapuestos

Mientras Yolanda Díaz facilitaba el entendimiento entre el bipartidismo para renovar el caducado CGPJ, sus compañeros de filas no hacían sino llevar la tensión a su punto de ebullición. El pasado martes, Echenique censuró en el Congreso “la cacería” del PP contra Rosell, a la que "ya intentaron destruir con un juez corrupto que ya está en la cárcel”. “No tiene sentido que Vicky Rosell no pueda ser vocal”, abundó , recordando que “el CGPJ no es un órgano jurisdiccional, no imparte sentencias; sino que es un órgano político de gobierno de los jueces”. Además, “es un insulto a la inteligencia que el PP, que ha mantenido secuestrado el CGPJ y pretendía controlar la Sala Segunda del Tribunal Supremo por detrás, hable de despolitizar la Justicia. Todos los candidatos van a tener un fuerte e intenso perfil político”.

En sintonía con él, Irene Montero, quien el miércoles aseguró que no iban a “tolerar” el veto de Génova a Rosell y llevarían “hasta las últimas consecuencias” su candidatura porque es “la mejor candidata”. La diferencia entre sus intervenciones y la de la líder de Sumar es más que evidente: “Se está negociando y no van a tener de mí nada más que discreción”.

Rosell, descartada, aviva la pugna interna

La dilatada y ejemplar carrera de la actual delegada del Gobierno contra la Violencia de Género la avala, pero si estrecha vinculación con Podemos, bancada en la que se llegó a sentar como diputada, frena en seco cualquier aspiración. Socialistas y populares han acordado un plazo mínimo de dos años para que los jueces metidos en política no puedan regresar a la carrera judicial inmediatamente. Su gozo en un pozo, pero los morados ya lo sabían. Según ha podido saber ElPlural.com, la información sobre las conversaciones por el CGPJ no ha fluido entre PSOE y Podemos. Sin embargo, según los socialistas, su socio minoritario es perfectamente consciente de que Rosell no puede integrar la terna de candidatos.

El mejor ejemplo de que la pugna interna entre las fuerzas que integran el espacio confederal de Unidas Podemos han vuelto a afilar sus utensilios bélicos es el podcast de Iglesias. Escucharle sirve de termómetro para tomar la temperatura a las cuestiones internas y, en esta ocasión, ha sido esclarecedor. El exvicepresidente segundo y exsecretario general de Podemos ha denunciado que la izquierda “pudiera llegar a ceder a la presión política de PP y PSOE y a la presión mediática de la derecha y de la progresía” y "entregar la cabeza de Victoria Rosell al PP”. Los sectores afines a Iglesias han emprendido una cruzada por Rosell, mientras que IU y Sumar abogan por no turbar el acuerdo y proponer perfiles menos politizados. En este sentido, Podemos se defiende argumentando que, sin ningún género de duda, los candidatos de PSOE y PP serán muy politizados.