El acuerdo para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha saltado por los aires. El Partido Popular paraliza las conversaciones y emplaza al PSOE a aclarar si abordará la reforma del delito de sedición con las formaciones independentistas. En paralelo, los socialistas han emitido un comunicado mediante el cual instan al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, a atornillarse a la silla "sin pretextos y dilaciones", acusando a los conservadores de ceder a las presiones de la "derecha más reaccionaria" y aferrarse a una "nueva excusa" para bloquear la remodelación del órgano de gobierno de los jueces. 

Lo que en la mañana de este jueves parecía inquebrantable, se ha resquebrajado en mil pedazos en torno a las 20:30 horas. Las negociaciones estaban "encarriladas", pero la reforma del delito de sedición turba la prudencia con la que el biparidismo envolvió a la renovación del Poder Judicial. Génova ha dado la orden a sus fontaneros de paralizar las conversaciones a expensas de que el PSOE aclare si acometerá la reforma del Código Penal "con un partido constitucionalista" o, en cambio, con sus socios de la investidura.

Feijóo no resiste la presión

La maniobra de Génova no quedaría sin respuesta. El PSOE ha replicado presto a la última "excusa" de los conservadores para tirar por tierra los "avances" de esta negociación exprés. En Ferraz sienten que el líder de la oposición ha sucumbido a las presiones de la "derecha más reaccionaria", cuyo fin no ha sido otro que "boicotear" las conversaciones entre los dos principales partidos del arco parlamentario. 

"Losantos le ha dado caña, un tuit de Ayuso y a la lona. Le han temblado las piernas"

Destacados miembros del PSOE próximos a Moncloa convergen en que el "acuerdo estaba hecho" y que ha sido la debilidad de Alberto Núñez Feijóo lo que ha provocado la enésima voladura de puentes. "No tiene autonomía", comentan. En Ferraz, en cambio, van un paso más allá. "Losantos le ha dado caña, un tuit de Ayuso y a la lona. Le han temblado las piernas", deslizan fuentes cercanas a la negociación. 

La marcha atrás del PP deja en evidencia, al menos a ojos de Moncloa, que Feijóo carece de la mano izquierda necesaria para contener las corrientes internas de su partido. "Demuestra que no manda y que le viene grande liderar la oposición", insisten.

Excusas y chantajes

El sentir es compartido en los dos focos socialistas. Prueba de ello es el crudo comunicado con el que han respondido a Génova. Ferraz subraya que el acuerdo estaba visto para sentencia, a expensas de "ser firmado" por la formación conservadora, tal y como ha constatado al filo del mediodía de este jueves el presidente del Gobierno. Desde Pretoria (Sudáfrica), Sánchez, destilaba un optimismo que ha sido destruido en cuestión de horas. Confirmaba que tan solo faltaba la rúbrica de Feijóo para dar carpetazo a la renovación del Poder Judicial, enquistada desde hace 1.500 días. 

"Feijóo demuestra que no manda y que le viene grande liderar la oposición"

Sin embargo, las "presiones" han podido con el líder de la oposición, a quien acusan de provocar una crisis institucional en el Poder Judicial con su "actitud obstruccionista". "Está dañando el funcionamiento normal de la Justicia, así como la reputación de nuestro país en la Unión Europea", reza el duro comunicado emitido desde Ferraz. 

 

El jefe del Ejecutivo telefoneó a Feijóo este jueves para resolver los últimos flecos pendientes antes de estampar las firmas en el acuerdo. Sin embargo, sostienen que el presidente del PP se ha aferrado a una "nueva excusa" para ahondar en el bloqueo a un órgano constitucional.

Con todo, Ferraz da por rotas las negociaciones con el PP, a quien acusan de incumplir "una vez más" con el mandato constitucional. "No ha resistido a las presiones de la derecha más reaccionaria que, en todo momento, ha estado boicoteando esta negociación para que no llegara a buen puerto", precisan en el escrito los socialistas, al tiempo que recuerdan que el cumplimiento de la Constitución "no admite condiciones ni chantajes". Asimismo, han subrayado que el plan de Moncloa en relación a la reforma del delito de sedición no ha cambiado en ningún momento "a lo largo de la legislatura" y, por tanto, tampoco lo ha hecho en estas semanas de negociación. "No puede ser objeto de intercambio con el obligado cumplimiento de la Carta Magna", rematan desde Ferraz.