Tres horas y cuarto de reunión que han servido de poco. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el jefe de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, han abordado la renovación del CGPJ presionados por el anuncio de dimisión de Carlos Lesmes. La cita se dilatado desde las 10:00 horas hasta las 13:45, pero los acuerdos han brillado por su ausencia. La conclusión de la jornada, según ambas partes, es que Moncloa y Génova se han emplazado a un “último intento” de negociación para renovar el CGPJ y el Tribunal Constitucional a la mayor celeridad posible.

Tras romper el hielo, se han sumado al cónclave los responsables de la materia de ambos bandos: el ministro de Presidencia, Félix Bolaños; y el vicesecretario Institucional del PP, Esteban González Pons. Precisamente serán ellos quienes sienten los mimbres de un posible acuerdo.

El dirigente gallego ha adelantado en su cuenta oficial de Twitter que “hemos avanzado para abordar la renovación conjunta del CGPJ y Tribunal Constitucional con un nuevo marco que profundice en criterios de independencia”, lamentando que “creo que este paso se podía haber dado mucho antes y confío en que también será posible una reforma legal como pide la UE y lleva pidiendo meses el PP”. Poco después, Bolaños a desencriptado el mensaje, explicando que “la conclusión” de la jornada es que “se van a dar “un último intento a la negociación para dar una solución rápida al bloqueo y superar la crisis profunda”.

El ministro de Presidencia ha sido el primero en comparecer. Lo ha hecho en Moncloa, desde donde, escuetamente, se ha limitado a decir que la dimisión de Lesmes “aboca a una profunda crisis institucional en un poder del Estado” que agrava una situación ya insostenible; por lo que Gobierno y oposición coinciden en la necesidad de buscar “una solución rápida”. Así, Bolaños y Pons han recibido el encargo de negociar la renovación de ambos órganos y “superar la crisis” cuanto antes: “Nos ponemos desde ya”.

Preguntado sobre si se han fijado un plazo concreto, ha respondido “no”, matizando que urge pactar cuanto antes. “Seremos discretos. Trabajaremos con intensidad y discreción y, cuando haya acuerdo, lo diremos”, ha remachado.

Apenas unos minutos después de concluir su rueda de prensa en Moncloa, González Pons hacía lo propio en Génova. Su faz era bien distinta. Mientras el ministro socialista permanecía inmutable y repetía las mismas frases con rostro serio, el dirigente popular se mostraba exultante, como si hubieran ganado la partida. Ha confirmado punto por punto lo desvelado por Bolaños, añadiendo, eso sí, que existe un nuevo “marco” de diálogo en el que no se les “ningunea” y, en consecuencia, ahora “sí nos ponemos a negociar en serio”, dando a entender que antes no lo hacían.

Sacudiendo intramuros

El mutismo ha predominado durante toda la mañana. No había pista alguna de lo que ocurría de puertas hacia dentro. El único rumor se escuchaba desde la lejanía. Unidas Podemos, el socio minoritario del Gobierno, ha sacudido los intramuros de la Moncloa exigiendo entrar en la negociación: “Unidas Podemos tiene que ser parte determinante de la negociación. Tiene que estar en esa negociación. No puede ser bipartidista y debe incluirnos como no puede ser de otra manera, porque somos miembros del Gobierno”, ha advertido Pablo Fernández, portavoz del partido.

En este sentido, Bolaños ha apuntado que el socio minoritario de la coalición, Unidas Podemos, está perfectamente informado sobre lo ocurrido: “He tenido una conversación hace unos minutos con la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, para explicarle el contenido de la reunión y también para estar coordinados en esta negociación”.